Las brigadas de barrio de la Delegación de Vivienda e Infraestructuras están a punto de cumplir dos meses de existencia y ya acumulan una considerable actividad. Entre el 15 de febrero y el 11 de abril del presente año, este servicio municipal recibió 86 avisos vecinales para la reparación urgente de desperfectos en las calles, que se están ejecutando en un plazo de 48 horas.
En la mayoría de los casos, los operarios realizaron pequeñas obras, como reposición de luminarias, reparación de baches en aceras y calzadas o arreglo de juegos infantiles.
Las actuaciones se han demandado, además, en muy diversos puntos de la ciudad, desde la zona centro, la avenida Álvaro Domecq, el parque del Retiro, Picadueñas, La Liberación o La Granja hasta Vallesequillo, con especial incidencia en la zona rural (La Ina, El Torno, Rajamancera, San Isidro, Cuartillos, Mesas de Asta, Torrecera y El Portal).
El delegado de Infraestructuras, Antonio Fernández Ortega, opta por realizar un balance «positivo» del funcionamiento de estas brigadas de barrio, pero admite que «hay que ser críticos. Es positivo pero estoy insatisfecho».
En su opinión, resulta imprescindible reducir el tiempo de respuesta que ofrecen las brigadas de barrios, que es de 48 horas desde que se produce la demanda vecinal. Fernández Ortega explica que «querría que este plazo fueran sólo de 24 horas. Es el objetivo marcado».
Aún así, el delegado municipal insiste en que los operarios municipales ofrecen «una respuesta rápida», ya que, pese a que realizan pequeños arreglos, son muy importantes para los ciudadanos porque «una simple losa partida puede provocar una caída».
Fernández Ortega indica que otro objetivo es emprender obras más grandes, como el arreglo de toda una calle. Pero, para ello, indica que «es muy importante que tengamos los presupuestos aprobados. Ya están en exposición pública y en una o dos semanas podremos hacer uso de ellos». Por lo demás, quiso destacar el trabajo y la «entrega del equipo humano» de las brigadas.