Lo sucedido en la noche del sábado a las puertas de los Juzgados de Jerez sólo puede calificarse de espectáculo, y ya no sólo mediático. El aterrizaje de la prensa rosa, las carreras, los nervios, la expetación. Todo eso si quieren está justificado por el circo -y negocio- que determinados medios y programas han diseñado en torno a lo que antes se llamaba crónica de sociedad, y ahora ha pasado a ser información del corazón o del hígado. El show fue más allá por la presencia de decenas de personas que, en vez de estar tomándose una cervecita por ahí o en casa tranquilamente, se apostaron en el lugar cargados incluso con latas y otros objetos no se sabe bien para qué. Todo eso retransmitido en directo por Salsa Rosa dio una imagen cateta y borreguil de la ciudad.