Diez integrantes de una banda que traficaba con cocaína en Chiclana de la Frontera, muchos de ellos con parentesco familiar, han recibido una sentencia condenatoria por parte de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial. Los cabecillas del grupo, Tomás González Luna y Julio Javier Cañero Ortiz, como autores responsables de un delito contra la salud pública, han sido condenados a la pena de diez y nueve años de prisión, respectivamente.
Asimismo, por el mismo tipo de delito, el clan familiar integrado por la madre, Teresa Vargas Reyes; e hijos, Teresa Torres Vargas, Pedro Torres Vargas, Francisco Torres Vargas, y su pareja sentimental, Agustín Alvariño Pérez, han recibido una sentencia condenatoria de la sala de cuatro años de cárcel.
José Romero Jiménez y Carmen Guillen Moreno, han sido condenados a nueve años de prisión por un delito contra la salud pública. Mientras que María Dolores Reyes Castro pasará cinco años y un día entre rejas.
En el mes de agosto de 1999, la Policía tuvo constancia de que este clan familiar se dedicaba a la distribución de sustancias estupefacientes.