Los 90 días para iniciar la segunda fase de la negociación del Wine Accord con EEUU culminan en junio, y hasta entonces las denominaciones de origen europeas tendrán que realizar un duro trabajo para definir su estrategia y así poder lograr mayores avances en el respeto de sus nombres o menciones.
En esta tesitura, la sede del Consejo Regulador del Vino acogió ayer un importante encuentro en el que representantes del Marco de Jerez y de las denominaciones de origen de Champagne y Oporto renovaron su compromiso para defender sus productos de las copias.
En esta reunión, a la que asistió un representante del Ministerio de Agricultura español, se analizó la campaña que estas tres denominaciones de origen están realizando en EEUU y en la que se va a invertir en tres años 2.668.000 euros, de los cuales un millón se gastará este año.
Los objetivos de esta campaña son muy claros y se centran en «intentar inculcar desde todos los frentes posibles al consumidor estadounidense la importancia del origen del producto, y a su vez la importancia del origen en la calidad», explicó ayer el director general del Consejo Regulador, César Saldaña.
Para ello, la campaña viajará a zonas de influencia como Nueva York, Washington, Boston, San Francisco, Las Vegas, Chicago o Miami.
En la misma línea, las empresas y los representantes de las denominaciones de origen que son objeto de copias reforzarán la línea de colaboración en el mercado estadounidense con los productores locales de vino (como los del valle de Napa u Oregón), que en la práctica son denominaciones de origen incipientes que «empiezan a comprender la importancia que da un etiquetado veraz y la defensa de un nombre, y por lo tanto de una indicación geográfica», finalizó Saldaña.