La vida cambió totalmente para la abogada Clara Rojas el 23 de febrero de 2002. Ese día, la candidata a la vicepresidencia de Colombia en la plancha electoral de Ingrid Betancourt fue secuestrada, junto con la propia cabeza de lista, por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Cuatro años después, a los 41, sigue secuestrada y tiene un hijo de dos, fruto de su relación consentida con uno de sus secuestradores.
La sorprendente historia fue lanzada por el periodista Jorge Enrique Botero, especialista en esa guerrilla, que saca a la luz detalles de la supuesta relación en el libro Últimas noticias sobre la guerra. Botero asegura que consiguió llegar hasta el lugar donde tuvo lugar el parto, en plena selva, mediante cesárea y «en condiciones extremas».
Iván, el hermano de Clara, que ha intentado inútilmente paralizar la publicación, esgrime que la única prueba de la maternidad de la abogada es el testimonio de Botero. Pero éste se defiende. «Raúl Reyes -uno de los principales líderes de las FARC- me lo confirmó verbal y físicamente, frente a mí, mirándome a los ojos. Y me anexó otros datos que yo no sabía». Como que el niño era varón, «no fue fruto de una violación» y continúa con su madre.
Cuando los jefes de la guerrilla supieron que su secuestrada estaba embarazada, sometieron al padre -un soldado raso- a un proceso disciplinario y lo alejaron de la mujer. Lo más probable, opina Botero, es que la abogada siga hoy al lado de Ingrid Betancourt y, separada de su amante.
Para Botero, éste no es el típico caso de síndrome de Estocolmo, sino «una historia de amor y de vida. En mi opinión es una buena noticia», añadió. A su juicio, el niño es «un colombiano que ha nacido atónito en el lugar menos pensado y que quizá llegue a convertirse en una especie de gran símbolo en nuestro país».
Para demostrar que no quiere lucrarse con el dolor y la reputación ajenos, donará los beneficios de la venta de la obra a la fundación de familiares de policías y soldados secuestrados. Clara Rojas e Ingrid Betancourt son dos de las 58 personas que las FARC mantienen secuestradas para canjearlas por unos 500 guerrilleros presos. Iván Rojas lamentó que al «dolor del secuestro» se unan ahora «estas cosas», que relacionó con anteriores «especulaciones»; entre ellas, la de que Betancourt mantenía una relación amorosa con el responsable político de las FARC, Guillermo Sáenz Vargas. «Las únicas que podrán confirmarlo son ellas».