- ¿Por qué decidió dedicarse a esta profesión?
- Ser electricista es una especie de tradición en mi familia. Mi tio y mi abuelo fueron electricistas y a mí desde pequeño me gustaba todo aquello relacionado con los cables. Digamos que me lo inculcaron desde la cuna, a pesar de que mis padres no se dediquen a ello.
- ¿Fueron duros sus comienzos laborales?
- Supongo que como los de muchos chicos de mi edad. No obstante, tuve algo de suerte porque fue acabar el módulo e iniciar las prácticas para más tarde ser contratado en esa misma empresa.Y de eso hace ya aproximadamente cinco años, un tiempo que evidentemente me ha hecho madurar como persona y como profesional.
- ¿Cuál es el principal inconveniente que tiene ser electricista?
- Sin dudarlo un segudo, el convenio. Tal vez sea el momento de renegociarlo ya que hace unos 10 años que los sueldos no suben, y por supuesto las empresas están encantadas con ello. Pero nosotros los trabajadores pensamos que el convenio está muy anticuado y que debería ser renovado los antes posible.
- Entonces, ¿qué es lo que exigiría a ese nuevo convenio?
- Pues los que nos corresponde: un mes de vacaciones, un aumento de los sueldos, las correspondientes pagas extras, reducir la jornada laboral..
- ¿Qué me dice de la siniestralidad laboral?
- Con respecto a ese asunto creo que hay que señalar que las empresas en muchas ocasiones (no en todas) cumplen las normas de seguridad exigidas por la ley. La mayoría de los siniestros laborales se producen, al menos en mi profesión, por negligencias de los propios trabajadores, ya que en muchas ocasiones no somos consciente del verdadero riesgo al que nos enfrentamos.
- ¿Qués es lo mejor de ser electricista?
- Los compañeros y amigos que vas haciendo en esta profesión. Se crea como una especie de camadería donde te diviertes mucho, lo que hace más ameno este duro trabajo que a veces se hace interminable.