Pensemos. Busquemos un clavo ardiendo al que agarrarnos para soñar que aún es posible. A ver... el Cádiz estuvo ayer francamente mejor que en Mallorca, básicamente porque peor era imposible. Incluso estuvo mejor que la semana pasada con el Atlético de Madrid, salvo en defensa, donde ayer hizo aguas por todas partes.
A ver, a ver... sigamos. Si somos capaces de ganarle el sábado al Betis y la Real pierde en el Bernabéu. Y al día siguiente el Athletic y el Mallorca empatan. Y el Alavés pierde con el Osasuna. Y el Racing con el Barcelona. Y... y... vaya, demasiadas coincidencias, sobre todo porque la semana siguiente tienen que darse otras cuantas. Y la otra, y la otra... todas ellas con un solo denominador común, que el Cádiz gane prácticamente todo y los demás pierdan o empaten. Complicado.
Pero no imposible. Gestas más grandes ha escrito este club. Desde esta misma tribuna, quien suscribe opinó hace unas semanas que un cambio en la dirección técnica podría ser el revulsivo que el Cádiz necesitaba, ya que Víctor Espárrago tenía demasiado encorsetado al equipo. Ese cambio no se produjo, pero hay que reconocer que el técnico uruguayo -aunque sea por desesperación- está sabiendo rectificar y busca alternativas e incluso apuestas más ofensivas de lo habitual. Puede que ya sea demasiado tarde, pero dadas las circunstancias, no nos queda otra que confiar, recordar que el fútbol no tiene lógica y que, insisto, mayores proezas ha logrado este equipo.