Todo el entorno del Xerez es muy consciente de la importancia del encuentro que se disputa esta tarde. Saben que entran en una semana decisiva y por ello tratan de elevar el nivel de concentración al máximo. No se deja nada a la improvisación y por ello se planificó ayer un entrenamiento nada más llegar a Valladolid. Lucas Alcaraz quería que sus hombres se aclimataran a la ciudad y al horario en el que se disputará el encuentro y programó una sesión preparatoria en la que los xerecistas se ejercitaron por la tarde.
Sobre las 18.00 horas se trasladaron a Zalatán, una pedanía de Valladolid que se encuentra a unos dos kilómetros de la ciudad. Allí la expedición azulina se encontró un pequeño campo de fútbol no demasiado acondicionado para la práctica de este deporte entre equipos profesionales. Esto hizo que el cuerpo técnico decidiera no forzar ni poner en peligro el físico de sus jugadores. El bloque de entrenamientos no se prolongó demasiado en el tiempo.
La zona era muy tranquila y Alcaraz aprovechó para hacer las últimas pruebas de cara al enfrentamiento contras los de Pucela. El granadino parece tener claro el retorno del Jesús Mendoza al puesto del lateral izquierda. La duda se centra en la banda contraria y en partidillo de ayer no se disiparon las interrogantes pues probó tanto con Francis como con De Coz. El doble pivote estará formado por Moreno y Alex Fernández.