feria de jerez Sube el termómetro, más público en la Feria del Caballo 2015

Día grande para los más pequeños con las atracciones a mitad de precio, el domingo de nuevo habrá descuentos

feria de jerez - Sube el termómetro, más público en la Feria del Caballo 2015

Los humanos somos gente extraña: a medida que el termómetro subía grados ayer, más gente llegaba a la Feria de Jerez. Todo un contrasentido que dice poco de que seamos animales racionales. A las cuatro de la tarde la mayoría de las casetas estaban llenas de esos seres deseosos de comer los fritos habituales, la tortilla o los pimientos, aunque tampoco hacían remilgos ante una berza o unas habichuelas, comidas refrescantes donde las haya…

Claro que todo parece que se aguanta a golpe de «rebujito» que, por lo que está viendo, es la bebida estrella del Real. O una copa de Tío Pepe como te la sirven en el templete de González Byass. Te lo ponen muy frío, casi granizado, y en una copa muy diferente al clásico catavino.

Las jarras de «rebujito» vuelan de una mano a otra como los ocho euros que por término medio cuestan. Al mediodía gran parte de los caseteros se fían del cliente y te sirven bien sea vino bien sea cerveza en vasos de cristal. Y en catavino. Un vaso de plástico queda muy cutre a esas horas y esto es la Feria del Caballo, no una verbena de barriada. Ya, a medida que pasan las horas, el tema va cambiando y se impone el plástico más por razones de seguridad que otro motivo: evitar que algún aguafiestas la líe en un solo minuto. No obstante, tanto la Policía Local como Nacional señalan que no se han registrado incidentes graves durante estos días.

Los entoldados comenzaron también sus diferentes espectáculos. Flamenco (y en Jerez de eso se entiende un poco…), pachanga o discoteca. Una buena manera de conocer qué programa cada caseta es la app Feria de Jerez 2015, lanzada por unos jóvenes emprendedores, que informa de las actuaciones y ofertas que tiene cada caseta diariamente. Los espectáculos son gratuitos y son una manera de atraer y fijar a la clientela.

Y sigue llegando gente a medida que el mercurio va enrojeciéndose. Todavía se podía transitar a primeras horas de la tarde por las calles del Real sin ir chocando en plan coche «tropezón» –aunque el ciudadano lleve tres jarras ya trasegadas– con nadie. Prudentemente el Ayuntamiento va regando el recinto para evitar el polverío, aunque albero, lo que se dice albero, hay el justo. Las calles están bastante descarnadas por mor de la crisis que ha deslucido ese aspecto del Real con el paso de los años, pero la hostelería está más contenta que el año pasado pues hay más público y más capacidad (moderada) de gasto.

El colorido inicial lo está poniendo también los numerosos enganches. Los vistosos coches, como las portadas de algunas casetas, son lo más fotografiado por los turistas, por ahora, españoles. Bueno, ayer hubo miles de fotos de políticos, pues todos, a la vez, se pusieron de acuerdo en agasajar a los periodistas, aunque ni unos y otros no hablamos mucho de política ni de playas, tan de moda en Jerez durante los últimos días. Son ratos de convivencia sin malas caras ni reproches mutuos. Esas recepciones de los partidos –habituales todos los años aunque no se esté en campaña electoral– son una manera también de hacer publicidad de sus casetas.

Y los «cacharritos»

El día soñado de los niños y temido por padres, tíos y tutores ocurrió ayer también.La culpa, de los «cacharritos», que tenían precios especiales. Ya le puede decir uno a la criatura que en verano le llevas a Port Aventura, a Warner, a Isla Mágica… La criatura te dice que sí, que en verano me llevas, pero hoy también que para eso estuviste mamá y papá de fiesta, que el Facebook es muy traicionero y se enteran de todo, y la pobre abuela de canguro. El Gusano Loco y el Látigo son dos atracciones clásicas por los que no pasan los años. Algo más rápido y movido son la noria, el Ratón Vacilón, el Ala Delta, la Jungla Encantada o el Canguro. Y para los amantes de las emociones fuertes, el Booster, la atracción más alta después de la noria. Claro estuvo que los padres fueron prudentes y comenzaron a llegar bien entrada la tarde para evitar las altas temperaturas que se registran estas jornadas.

Y la criatura quiere subirse a todas. Y para rematar, las tómbolas, aunque eso para papá y mamá que se gastan los tres euros que le quedan en el bolsillo es tentar la suerte. Y para más inri, el domingo habrá también precios especiales.

Otras criaturas son los adolescentes. Y el botellón empieza antes que den las seis de la tarde. Curiosamente muchos chicos nos siguen a los mayores y apuestan por el «rebujito», santa medicina para combatir el calor.

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