Desmantelan un plan para matar al exjuez que encarceló a Lula
El grupo criminal habría actuado por venganza por las medidas contra algunos de sus líderes
Sergio Moro, el juez que casi enterró a Lula da Silva

Una operación de la Policía Federal brasileña desmanteló un plan de la organización criminal PCC (Primer Comando de la Capital), que tenía como uno de sus principales objetivos al exjuez y ahora senador Sergio Moro, el mismo que lideró la mega operación anticorrupción Lava ... Jato y llevó a la prisión al actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
La acción policial tuvo lugar 45 días después del inicio de la investigación y movilizó a 120 agentes, cumpliendo once órdenes de arresto en los estados de Mato Grosso do Sul, Rondônia, São Paulo y Paraná. Los efectivos registraron 24 domicilios, incautaron vehículos de lujo y desmontaron un plan que hacia un siguimiento de Moro y de su familia, así como a otras autoridades, entre ellas, el fiscal Lincoln Gakiya.
Según la Fiscalía y el Ministro de Justicia, Flavio Dino, el plan del PCC para asesinar al senador Sergio Moro, que se basaba en el método de «seguir y vigilar» al exjuez y su familia para secuestrarlo, estaba siendo ejecutado en São Paulo y Paraná, donde viven Moro, y su esposa, la diputada federal Rosângela Moro.
El PCC, una organización creada hace más de dos décadas, funciona desde las prisiones brasileñas y surgió como una respuesta de los detenidos a las malas condiciones de los presidios. Actualmente Brasil tiene una de las mayores poblaciones encarceladas del mundo, con cerca de 700.000 presos, y el PCC se ha convertido en una de sus facciones más violentas, con la capacidad de controlar el crimen desde el interior de las prisiones. El estado de São Paulo es la principal zona de actuación de la facción, que tiene filiales en cárceles de todo el país.
Según el ministro de Justicia, la Policía Federal encontró búnkeres montados por los criminales, donde guardaban armas –y que podrían incluso ser utilizados como lugar para mantener en cautividad al objetivo–, con compartimentos y una pared falsa encontrada en una casa en São José dos Pinhais, región metropolitana de Curitiba, capital de Paraná.
Venganza contra Moro
El ministro informó que la tesis que se baraja es la de un secuestro, seguido de extorsión para intentar sacar de la prisión a dirigentes del PCC, entre ellos, Marcos Willians Herbas Camacho, Marcola, el principal líder de la facción, detenido en una cárcel de máxima seguridad.
El plan respondería a una venganza contra Moro, quien siendo ministro de Justicia durante el Gobierno de Jair Bolsonaro coordinó el traslado y aislamiento de Marcola y otros dirigentes del PCC en cárceles federales. Moro también creó el 'paquete antidelincuencia' que prohibió las visitas conyugales a los detenidos.
En cuanto al interés por Gakiya, este integra el Grupo de Actuación Especial para la Represión del Crimen Organizado (Gaeco) e investiga casos vinculados a la facción desde hace más de una década. En 2019, solicitó el traslado de Marcola y otros 21 miembros de la cúpula del PCC al sistema penitenciario federal, complicando la articulación del grupo. Gakiya sufre amenazas de muerte del PCC desde 2018.
Según el portal UOL, uno de los detenidos fue Patric Velinton Salomão, que salió de la Penitenciaría Federal de Brasilia hace poco más de un año con la misión de ejecutar la operación contra Moro y Gakiya.
Adversario de Lula
Moro dio algunas entrevistas el pasado miércoles manifestando su preocupación por su seguridad y la de su familia. Se mostró además crítico con la gestión del actual presidente, a quien condenó a prisión en 2018, pasando 580 días encarcelado.
Las declaraciones y la operación policial tuvieron lugar un día después de que Lula da Silva ofreciera una entrevista en la que realizó una declaración muy dura sobre su verdugo: «De vez en cuando un fiscal entraba allí el sábado, o entre semana, para ver si todo estaba bien. Entraban tres o cuatro fiscales y preguntaban ¿va todo bien? Yo les respondía: No todo va bien. Sólo estaré bien cuando joda a ese Moro».
En esas ocasiones, contó el presidente, solía decirle a quien me visitaba que estaba en la prisión para «vengarme de esta gente» y «prepárense porque voy a demostrar [que soy inocente]», relató. La frase no podría haber sido dicha en un momento peor, incendiando el ambiente político ya bastante tenso. Moro subió el tono de las críticas y el ministro de Justicia acusó a la oposición de usar la frase de Lula fuera de contexto.
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