Vuelve la vida al último pueblo deshabitado de Fukushima

11 años después de la tragedia nuclear, cinco personas han regresado a su casa en Futaba

El paso cortado en una calle de Futaba, en marzo de 2018 AFP
Pablo Amigo

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Casi 11 años después del desastre nuclear de Fukushima , la vida vuelve a Futaba, la última localidad despoblada cerca de la planta accidentada. Cinco exresidentes volvieron el jueves por primera vez a sus casas . «¡Está saliendo! Es la primera vez en 10 años y 11 meses que sale agua», celebraba uno de los vecinos al abrir el grifo de su cocina, según recoge AFP.

En esta pequeña ciudad vivían unas 5.600 personas antes de sufrir, en marzo de 2011, el peor accidente nuclear desde Chernóbil . Con los años se han ido reconstruyendo los pueblos que fueron arrasados por el tsunami -a su vez, provocado por un terremoto de magnitud 9.0, cuyas consecuencias incluyen la muerte o desaparición de más de 18.400 personas-, pero la situación en Futaba era demasiado crítica.

El tsunami arrastró violentamente el agua por 800 kilómetros de la costa nordeste de Japón, y acabó rompiendo el muro de protección de la central nuclear de Fukushima 1 , inundándola. El agua cortó la electricidad y provocó un efecto dominó de desastres, haciendo que se fundieran la mitad de los reactores, que se agrietasen las vasijas de contención que recubrían los reactores, que a su vez tumbaron los muros de los edificios y dejaron los núcleos al aire libre, saliendo grandes cantidades de yodo y cesio tóxicos a la atmósfera. Los restos radioactivos provocaron la evacuación de decenas de miles de personas que vivían en los 20 kilómetros de alrededor.

Esos vecinos fueron volviendo a sus casas según pasaron los años, cuando ya era seguro, y los de Futaba son los últimos en hacerlo. De momento son solo cinco personas, que este jueves han dormido en su casa por primera vez desde aquel fatídico 11 de marzo. La campaña de descontaminación ha sido ardua y larga, y el miedo a la radiación ya ha empezado a desaparecer. De momento, podrán vivir allí durante cinco meses, y en junio se decidirá si pueden establecerse en Futaba de forma indefinida. «Por fin he podido volver a casa. Me gustaría recuperar la vida que tenía antes del accidente», le ha dicho un vecino de 70 años al Japan Times. Aun así, muchos otros, presas del miedo, no quieren volver .

Este plan, a modo de prueba, «busca asegurar que los residentes puedan vivir sin problemas, por ejemplo, revisando que las alcantarillas funcionen bien y que haya instalaciones para sostener la vida cotidiana», según ha indicado a AFP un funcionario de apoyo a los residentes de Fukushima.

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