Trump militariza su respuesta a la peor oleada de disturbios de EE.UU.

La Casa Blanca amenaza con el pleno despliegue de las fuerzas armadas si los gobernadores y alcaldes no toman las riendas y ponen fin al vandalismo

Una manifestante sostiene una pancarta que dice «no dispares», en Missouri REUTERS/ EP
David Alandete

David Alandete

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ante una nación en llamas, sumida en la angustia de noches encadenadas de disturbios, incendios y saqueos, el presidente ha optado por la fuerza , militarizando su respuesta. El lunes por la tarde, Donald Trump emergió de la Casa Blanca y dio un breve discurso a las puertas del Despacho Oval. «Si cualquier ciudad o estado se niega a adoptar las medidas necesarias para defender la vida y la propiedad de sus residentes, desplegaré al Ejército para solucionar yo rápidamente el problema », dijo el presidente. Desde el patio en el que hablaba el Presidente, lugar habitual de sus discursos y ruedas de prensa, se escuchaban las explosiones de las granadas aturdidoras. A los manifestantes a los que en ese momento, 25 minutos antes del toque de queda de las 19.00, desalojaban los antidisturbios y los soldados de la Guardia Nacional, Trump les dijo: «En este momento avanzan miles y miles de soldados fuertemente armados, personal militar y agentes del orden a acabar con los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los asaltos y esta destrucción desenfrenada».

Varias leyes le impiden al Presidente movilizar al Ejército dentro de las fronteras del país, y por lo general sólo puede hacerlo en caso de que se declare una insurrección, como hizo de hecho Bill Clinton ante los disturbios raciales de Los Ángeles en 1992 . En otros casos -intervenciones de rescate desastres naturales como huracanes o terremotos, por ejemplo- sólo los gobernadores pueden activar a la Guardia Nacional, compuesta por reservistas. En Washington, Trump pudo movilizar el lunes a más de un millar de soldados porque la capital es en sí misma un distrito federal, sin gobernador y dependiente directamente del Gobierno central.

La noche del lunes y la madrugada del martes fueron las más violentas en la capital de EE.UU. hasta ahora, con constantes choques entre los antidisturbios y los manifestantes, cientos de los cuales quedaron encerrados hasta que se levantó al amanecer el toque de queda en una pequeña calle del barrio de Logan Circle. Algunos vecinos les abrieron las puertas de sus casas y les dejaron pasar la noche durmiendo dentro.

Generales sobre el terreno

Helicópteros militares volaban bajo mientras los saqueos, con rotura de lunas e incendios, se propagaban por toda la ciudad. Durante toda la noche se oían claramente disparos en todo el centro de la capita l, normalmente desierto de noche. Generales vestidos de uniforme supervisaban el dispositivo de seguridad junto al secretario (ministro) de Defensa Mark Esper y el fiscal general (ministro de Justicia) William Barr.

Las protestas comenzaron de forma pacífica, pero pronto han devenido en disturbios violentos en las principales ciudades del país, que están aplicando toques de queda. A la ira por la muerte bajo custodia policial de un hombre de raza negra, George Floyd , se ha añadido el malestar por la desigualdad y la destrucción de 40 millones de empleos por la pandemia de coronavirus. Los manifestantes entonan cánticos por igual contra el racismo, contra el capitalismo y contra el presidente, quien de hecho ha condenado la muerte de Floyd en repetidas ocasiones. Para el Presidente, según dijo en su discurso del lunes, estos disturbios son algo más grave y sombrío que la legítima desazón por el racismo imperante en algunos cuerpos policiales . «Estos días nuestra nación se ha visto afectada por anarquistas profesionales, turbas violentas, incendiarios, saqueadores, criminales, antifascistas y otros similares», dijo el presidente.

En las protestas han muerto al menos seis personas , y hay más de 5.000 detenidos en todo el país. El presidente mantuvo una videoconferencia con los gobernadores afectados el lunes y les conminó a activar la Guardia Nacional. De lo contrario, dijo, parecerán «una panda de idiotas» y le obligarán a desplegar las fuerzas armadas de forma unilateral, algo para lo que en principio debería activar las leyes necesarias para ahogar una insurrección.

Estas palabras de Trump, y el despliegue del Ejército en Washington, han despertado la ira entre sus críticos. La senadora Kamala Harris, que se postula para la candidatura a la vicepresidencia, le acusó de actuar como «un dictador». «Sus accions son claramente ilegales», dijo el gobernador de Illinois, J.B. Pritzke. «Es muy peligroso», añadió la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación