Trump se empeña en usar sus iPhones a pesar de que están intervenidos

China bromea sobre las acusaciones de espionaje: «Si quiere más seguridad, que se pase a Huawei»

David Alandete

De entre los muchos actos de rebeldía del actual presidente norteamericano, el que en apariencia es más pueril puede ser también uno de los más peligrosos. Se ha sabido ahora que Donald Trump rehúsa utilizar las líneas seguras de teléfono fijo de la Casa Blanca porque prefiere sus tres iPhones, que son vulnerables a escuchas por parte, sobre todo, de China.

Fue el diario ‹The New York Times› el que reveló el miércoles la existencia de esos tres iPhones presidenciales : dos capados por las agencias de inteligencia y un tercero que Trump compró y al que se aferra, temeroso de perder su acceso a las redes sociales. Los tres son vulnerables a escuchas tanto de China como de Rusia. Además, para evitar ser espiado, el presidente debería cambiar todos sus teléfonos cada mes, pero no lo hace por el engorro de transferir todas sus aplicaciones y contactos.

En un estilo muy propio, Trump insiste en mantener sus propios teléfonos porque así puede llamar a amigos, políticos y periodistas sin tener que pasar por la centralita de la Casa Blanca. De ese modo elude el control de su jefe de gabinete y se deja asesorar por viejos conocidos, a quienes China ha identificado y utiliza para tratar de influir sobre el presidente. Ambos países se hallan inmersos en una guerra comercial iniciada por el propio Trump.

Como suele hacer, el presidente ha calificado la noticia de falsa. «Sólo uso teléfonos del Gobierno, y tengo un móvil que he usado muy pocas veces», ha dicho en Twitter. Abundan, sin embargo, las imágenes del presidente con un iPhone en la mano, y es sabido que se conecta frecuentemente a las redes sociales a través de su móvil personal. A su predecesor, Barack Obama, sólo le dejaron tener un iPhone en su segundo mandato, y aún así, sólo servía para recibir y enviar correo a través de un servidor seguro.

Las autoridades chinas se han tomado las acusaciones de espionaje al presidente de EE.UU. en broma. La portavoz del ministerio de Exteriores Hua Chunying dijo ayer en una rueda de prensa que «en EE.UU. hay quienes están intentado ganar el Oscar al mejor guión». En un giro ‹trumpiano›, ha desarrollado su faceta de representante comercial: «Y si les preocupa que los teléfonos de Apple estén intervenidos, siempre pueden usar Huawei».

Servidor privado de Clinton

Lo cierto es que prácticamente todos los móviles pueden ser intervenidos, ya que se conectan a redes inalámbricas de acceso público. Por eso, hasta la llegada de Trump, la Casa Blanca había optado por el uso de comunicaciones por cable y seguras. Tal es la frustración del equipo de Trump que algunos de sus integrantes han decidido tomar la medida más efectiva para influir sobre él: hablar con la prensa y provocar un escándalo nacional.

Por ley, desde 1981 las comunicaciones de los presidentes de EE.UU. deben ser transcritas, almacenadas y archivadas, porque se las considera de dominio público. Trump, sin embargo, se ha esmerado en huir de ese control. Ha dado su número privado a otros líderes mundiales, con los que ha hablado frecuentemente a escondidas, fuera del oído de sus asesores. Durante la campaña electoral el actual presidente criticó a Hillary Clinton por emplear un servidor de correo privado cuando era secretaria de Estado. Entonces, para Trump aquella práctica era todo un escándalo. Hoy resulta que es una necesidad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación