La transgénero que se convirtió en profesora del Corán en Pakistán
En un sueño, un amigo fallecido pidió a Rani Khan que abriera una madrasa o escuela islámica para ayudar a su colectivo
Con un largo manto blanco sobre su cabeza, Rani Khan ofrece cada día lecciones sobre el Corán en la primera madrasa de Pakistán para personas transgénero, una escuela islámica que ella misma puso en pie gracias a los ahorros de toda una vida.
La madrasa es un hito para la comunidad LGTBQ en un país musulmán donde abunda el fundamentalismo religioso y las personas transgénero suelen sufrir marginación, a pesar de que no existe ninguna restricción oficial para que asistan a escuelas religiosas o recen en las mezquitas.
«La mayoría de las familias no aceptan a las personas transgénero. Las expulsan de sus casas. Las personas transgénero caen en las malas acciones», explica Khan, de 34 años. «Durante un tiempo, yo fui uno de ellas», lamenta.
Aguantando las lágrimas, Khan recordó cómo fue desposeída por su familia y obligada a mendigar.
A los 17, se unió a un grupo transgénero, bailando en las bodas y en otras funciones, pero abandonó ese trabajo para volver a conectarse con su religión, después de un sueño en el que un amigo fallecido, también transgénero, le pedía que hiciera algo por la comunidad.
Khan estudió el Corán en casa, y fue a escuelas religiosas , antes de abrir su madrasa, un pequeño espacio de dos habitaciones, en octubre.
«Estoy enseñando el Corán para satisfacer a Dios», dijo Khan, explicando cómo la madrasa ofrecía un espacio a las personas transgénero para la adoración, el trabajo, aprender sobre el islam y arrepentirse de acciones del pasado.
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