La trama que llevó a Trump al impeachment se urdió en Madrid

La reunión en la capital de España entre Giuliani, abogado personal del presidente, y un asesor de Zelenski fue el inicio de las presiones a Ucrania

David Alandete

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Jueves 25 de julio, 9.03 de la mañana. Donald Trump llama al nuevo presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky , que lleva en el cargo dos meses. Este busca una invitación a la Casa Blanca, una demostración de fuerza ante Rusia, que desde 2014 ocupa militarmente el este de Ucrania. El presidente estadounidense no llama desde el Despacho Oval, sino desde la residencia, en el segundo piso de la Casa Blanca. Una veintena de funcionarios le escuchan, parte de ellos en la sala de crisis, tomando notas.

«Felicidades por tu gran triunfo», comienza Trump. Zelensky le da las gracias y ofrece ayuda. Pasados 15 minutos, Trump dice: «Quisiera que nos hicieras un favor, sin embargo. Porque nuestro país ha pasado por muchas cosas, y Ucrania sabe mucho». Después Trump le pide al ucraniano que atienda a su abogado personal, Rudy Giuliani , «muy respetado». A Trump le interesa saber qué pasó «con el hijo de [Joe] Biden, porque Biden bloqueó una investigación y mucha gente quiere saber qué pasó». La conversación, según una transcripción de la Casa Blanca, dura 30 minutos.

El hecho de que Trump pidiera a Ucrania «un favor», cuyos detalles daría su abogado personal, y no un diplomático, es el centro de la investigación del impeachment . Este lunes, un grupo de abogados de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes comparecen ante la comisión de Justicia para detallar los delitos que supuestamente ha cometido Trump.

Si el impeachment prospera en la Cámara, como parece que ocurrirá, el año que viene el Senado juzgará al presidente y decidirá si lo destituye. En el centro de estas pesquisas está un viaje de Giuliani a Madrid.

El 26 de julio, a instancias de Trump, el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland, le escribe a Giuliani para decirle que su punto de encuentro con el gobierno ucraniano será Andrei Yermak, un abogado que asesora al presidente Zelensky.

«Hará lo que tú digas»

Giuliani, que trabaja para Trump sin cobrar, tiene un viaje previsto a España para verse con otro cliente, y será su huésped entre el 1 y el 5 de agosto. Sondland le responde que Yermak le verá allí para «ayudar».

Ese mismo día, Sondland está de visita en Kiev, capital ucraniana. En un restaurante, ante un grupo de diplomáticos, Sondland llama a Trump. Según recordó bajo juramento un testigo de la llamada, el diplomático David Holmes, el embajador Sondland le dice a Trump que Zelensky «está enamorado de tu culo». Trump, según el testigo, que pudo escuchar la llamada porque el volumen del teléfono estaba al máximo, responde: «¿Va a investigar?». Sondland: «Hará lo que tú digas».

Giuliani aterriza en Madrid el 1 de agosto. El embajador Sondland escribe al ucraniano Yermak para confirmar la cita. «Todo encaminado», dice en mensaje de texto. El 2 de agosto, Yermak aterriza en Madrid . Esa es la primera reunión, cara a cara, entre el representante del presidente de EE.UU. y un enviado de Ucrania.

Según las pesquisas de los demócratas, ese encuentro es parte central del juicio político a Trump, porque en él ocurre el quid pro quo, la petición de que Ucrania investigue al demócrata Biden a cambio de una visita de Zelensky a Washington.

Según un informe de la comisión de Inteligencia de la Cámara, «el encuentro en Madrid pone en marcha una serie de conversaciones entre el Sr. Giuliani, el embajador [de EE.UU. para el conflicto en Ucrania Kurt] Volker, el embajador Sondland y la necesidad de que el presidente Zelensky diga en público que investigará a Burisma [una empresa en la que trabajó el hijo de Biden] y las teorías de la conspiración de las elecciones de 2016 para que se apruebe una visita a la Casa Blanca para verse con el presidente Trump».

Según las investigaciones, en ese encuentro en Madrid Giuliani detalla qué quiere Trump. El presidente sospecha que el anterior gobierno de Ucrania apoyó a Hillary Clinton en las elecciones de 2016, y que alentó una serie de denuncias de que era Rusia quien estaba tras su propia victoria. Además cree que el anterior gobierno de Ucrania tapó un caso de corrupción de la empresa energética en la que trabajó el hijo de Joe Biden, y que este último, vicepresidente de EE.UU. entre 2009 y 2017, maniobró para tapar esas irregularidades. Trump quiere que el nuevo presidente de Ucrania diga abiertamente que investiga esas alegaciones, dándoles credibilidad.

Tras detallar estas exigencias, Giuliani escribió al embajador Sondland: «Todo encaminado».

Zelensky, sin embargo, nunca anunció esas investigaciones. Su emisario, Yermak, pidió que Zelensky fuera recibido en la Casa Blanca el 16 de septiembre, pero la invitación nunca llegó . Lo que según los demócratas es más grave: Trump retuvo ayudas militares de 400 millones de dólares [370 millones de euros] para doblegar a Ucrania e inmiscuirla en la investigación a Biden, quien lidera las encuestas demócratas para disputarle la presidencia a Trump.

El presidente estadounidense niega las acusaciones. Hasta ahora rechaza cooperar con la investigación, pero no le quedará más remedio que defenderse en el juicio político en el Senado. Sólo allí podrá demostrar si este proceso es, como denuncia, «una caza de brujas».

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