Tensión entre Pekín y Delhi por un choque fronterizo con 20 soldados indios muertos

Sin disparar ni un tiro, solo a golpes, palos y pedradas, sus tropas se enfrentaron por una carretera. También hay fallecidos chinos, pero no se sabe cuántos

Manifestantes indios queman retratos del presidente chino, Xi Jinping EFE
Pablo M. Díez

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Por si no tenían ya bastantes problemas con sus brotes y rebrotes del coronavirus, China y la India han teñido de sangre sus disputas fronterizas. Tal y como confirmó ayer el Ejército indio, 20 de sus soldados murieron el lunes por la noche en un salvaje enfrentamiento con tropas chinas en el que al parecer no se disparó ni un tiro, ya que fue a base de puñetazos, palos y pedradas. También hay bajas en el lado chino, pero el autoritario régimen del Partido Comunista no ha desvelado el número.

El choque tuvo lugar en el valle de Galwan , justo en la frontera entre la región india de Ladakh y la china de Aksai Chin , al nordeste de Cachemira. Desde el mes pasado, las tropas de ambos países mantienen allí un tenso frente a frente porque la India está construyendo una carretera que Pekín ve como una amenaza militar.

Parecía que ambas partes iban a empezar a retirarse tras la pelea a puñetazos que hubo en mayo en otra parte de la frontera, esa vez en el estado de Sikkim. Pero los ánimos están tan encrespados entre estos dos gigantescos vecinos que la supuesta desescalada bélica acabó en su peor enfrentamiento de los últimos 45 años. En 1975, cuatro soldados indios cayeron abatidos en un tiroteo con soldados chinos en un paso fronterizo del estado de Arunachal Pradesh. En esta ocasión, y sin disparos de por medio, ha sido mucho peor.

El Ministerio de Exteriores indio acusó a Pekín de haber roto el trato acordado la semana pasada sobre su frontera en dicho valle, llamada Línea de Control Real. «Un violento enfrenamiento ocurrió como resultado del intento chino de cambiar unilateralmente el statu quo allí», culpó el Ministerio en un comunicado. Por su parte, uno de los portavoces de Exteriores de China, Zhao Lijian , denunció que las tropas indias habían cruzado la frontera dos veces el lunes, «provocando y atacando en una grave confrontación física», informa la agencia France Presse.

Dos potencias nucleares

Para que la crisis no vaya a más entre estas dos potencias nucleares, que cuentan con los mayores ejércitos del planeta, ambas partes se han comprometido a negociar sus diferencias de forma pacífica a través de canales de comunicación diplomáticos y militares. Aunque el Ejército indio anunció que las tropas de los dos países se habían retirado del valle de Galwan, la BBC informa de que los soldados chinos permanecen todavía en algunos lugares. A pesar de ello, el Ministerio de Exteriores indio insistió en que «continuaremos con los compromisos diplomáticos y militares para resolver la situación y asegurar la paz y la tranquilidad en las zonas fronterizas».

Este choque es el último estallido de una larga enemistad que llevó a ambos países a la guerra en 1962, cuando la India fue humillada por China. Desde entonces, sus diferencias no han hecho sino acentuarse pese a los intentos de cooperación económica entre estas dos potencias emergentes. En 2017 también se desató la tensión cuando China trató de ampliar una carretera en una zona fronteriza cercana a Bután, poniendo a ambos países al borde de un nuevo conflicto. Entonces, sus ejércitos estuvieron 72 días frente a frente. Aunque sus respectivos dirigentes, el presidente Xi Jinping y el primer ministro Narendra Modi , se han reunido en los últimos años para rebajar las tensiones, hay tanto odio histórico acumulado y tantos intereses en juego que esta no será su última escaramuza.

En una cumbre informal celebrada en 2018 precisamente en Wuhan, epicentro de la pandemia del coronavirus, Modi se congratuló ante Xi de que «no haber disparado una bala en cuatro décadas demuestra nuestra madurez», recoge el periódico «South China Morning Post». Pero no ha hecho falta apretar ni una sola vez el gatillo para que se pierdan vidas en ambos bandos.

La tensión en su frontera del Himalaya se suma a las disputas territoriales que mantiene Pekín con casi todos su vecinos, principalmente con Japón sobre las islas Senkaku (o Diaoyudao en mandarín) y en el Mar del Sur de la China con siete países. Pero la crisis con la India es especialmente grave por sus respectivos arsenales nucleares, lo que supone un problema añadido para el presidente Xi en un año especialmente duro por el coronavirus.

Además de pugnas fronterizas, la India y China se encuentran en polos políticos opuestos, por lo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no duda en congraciarse con el Gobierno de Modi para debilitar al régimen de Pekín. En medio de la nueva «Guerra Fría» que ya libran China y EE.UU., este enfrenamiento mortal echa más madera a la creciente tensión en Asia .

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