Tensión diplomática entre Kazajistán y Kirguistán por la detención de un músico kirguís en Almatí
El país vecino presentó ayer domingo una nota de protesta donde negaba que el pianista Ruzajúnov sea un «terrorista» y aseguró que era «una persona decente»
La aparición en el canal kazajo Jabar-24 de imágenes con el rostro magullado de Vikram Ruzajúnov, un pianista kirguís detenido por la Policía kazaja por presuntos desórdenes, ha provocado una enorme indignación en Kirguistán , el país vecino con el que Kazajistán tiene frontera. Las autoridades de Kirguistán presentaron ayer una nota de protesta, convocaron al embajador kazajo y un grupo de activistas montó un piquete frente a la embajada de Kazajistán en Bishkek, la capital kirguís.
A la pequeña concentración acudió el responsable del Comité Estatal de Seguridad Nacional de Kirguistán (GKNB), Kamchibek Tashíev, que negó que Ruzajúnov sea un «terrorista» , como sostienen en el país vecino. «Es una persona decente, un músico», aseguró. Según sus palabras, «él ni siquiera participó en las manifestaciones.
Las informaciones de los canales de televisión de Kazajistán son incorrectas , nuestros vecinos deben modificar su retórica . «Está mal acusar a nuestros ciudadanos de terrorismo». «Ni un solo terrorista entró en Kazajistán a través de nuestro territorio. No hay terroristas en Kirguistán y, si fueran encontrados, se tomarán medidas de acuerdo con nuestra legislación», añadió el jefe de la inteligencia kirguís.
Pero resulta que el que aparece ante las cámaras con la carta golpeada reconoce en el interrogatorio policial que unos desconocidos le ofrecieron dinero (algo menos de 200 euros) por ir a Kazajistán a tomar parte en una concentración y le pagaron además el billete de avión. Él dice que aceptó, al estar sin empleo actualmente, acudió al mitin de protesta, se asustó y se fue.
Al día siguiente, cuando trató de volver a su país, fue arrestado. A la vista del material televisivo difundido en Kazajistán, sus familiares y el Ministerio del Interior de Kirguistán confirmaron que era efectivamente Ruzajúnov, pero negaron que hubiera ido a Kazajistán a organizar desórdenes asegurando que fue para tocar durante un concierto de fin de año.
Lo cierto es que el embajador kazajo, Rapil Zhoshibáyev, tuvo que ir ayer domingo al Ministerio de Exteriores de Kirguistán para recibir de manos del viceministro, Azizbek Madmárov, una nota de protesta. Hasta el presidente kirguís, Sadir Zhapárov, intervino ayer para advertir que estaba al corriente del arresto de Ruzajúnov.
«Hay muchos ciudadanos nuestros trabajando en Kazajistán. Quizás entre ellos hay quien participe en las protestas, pero lucharemos firmemente y protegeremos a todos nuestros nacionales que no tomaron parte en las acciones y son injustamente responsabilizados. Esperaremos los resultados del trabajo de los servicios especiales de los dos países», escribió Zhapárov en Facebook.
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