El sandinismo ningunea a la Iglesia en la nueva ronda de diálogo con la oposición
Después de su papel de mediadora en el primer intento, no ha sido ni siquiera invitada como testigo en la actual
El gobierno de Nicaragua y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia —la oposición— continúan negociando la hoja de ruta que seguirán durante el futuro diálogo nacional para tratar tratar de solventar la crisis que asola el país. Las conversaciones, que todavía se encuentran muy distanciadas, se centran en definir quienes serán los testigos y acompañantes de cada una de las partes, es decir, quienes ejercerán un cierto rol de mediación que ejerció la Iglesia católica durante la fracasada primera mesa diálogo nacional que tuvo lugar el año pasado.
Sin embargo, la Iglesia no ha sido invitada a participar como mediador en la confección de la hoja de ruta para este segundo intento de conversaciones de paz, motivo por el que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha anunciado en una carta que se aleja de las negociaciones ante la falta de interés de las partes. «Comprendemos que no somos de ineludible necesidad para dichas negociaciones», señaló la misiva en la que asegura que el arzobispo Leopoldo Brenes había hecho saber a las partes al inicio de la negociación que la Iglesia estaba dispuesta a volver a mediar.
La carta de la Iglesia fue inmediatamente respondida por un comunicado de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia en el que reiteraron la importancia de que la CEN vuelva a ser partícipe del nuevo diálogo nacional. «Respaldamos que puedan seguir acompañándonos en el proceso de justicia y democracia en Nicaragua», dijo el comunicado. Asimismo, la cuenta de Twitter de la Alianza citó unas palabras de su representante en la mesa de negociación Carlos Tünnermann, quien calificó la presencia de la CEN es de «vital importancia para la negociación» para la oposición.
El gobierno sandinista dirigido por el presidente Daniel Ortega, mientras tanto, no ha hecho ninguna valoración sobre la decisión tomada por la Iglesia nicaragüense, que fue bastante crítica con el Ejecutivo cuando en junio de 2018 acalló violentamente las protestas en la ciudad de Masaya cuando se celebraba el primer diálogo nacional. Aproximadamente han muerto más de 325 personas durante las protestas contra el régimen de Ortega desde el 18 abril de 2018, según la Organización de Estados Americanos.
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