Rusia reparte casi 100.000 pasaportes en las dos provincias rebeldes de Ucrania
Biden habla por teléfono con el presidente ucraniano mientras Moscú endurece su postura
El presidente norteamericano, Joe Biden , habló ayer por teléfono con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, por segunda vez en menos de un mes. Como ya hizo el pasado 9 de diciembre , Biden transmitió a Zelenski su apoyo en el pulso que mantiene con Rusia, cuyas tropas en gran número continúan desplegadas junto a la frontera con Ucrania en cinco regiones: Kursk, Bélgorod, Vorónezh, Rostov del Don y Crimea.
Según la Casa Blanca, el primer mandatario de EE.UU. informó además al líder ucraniano de la conversación que mantuvo el jueves con el presidente ruso, Vladímir Putin, al que volvió a amenazar con fuertes medidas de carácter económico si ataca a Ucrania. Éste, a su vez, avisó que más sanciones provocarán la «ruptura definitiva» de las relaciones entre Moscú y Washington.
Putin y Biden hablaron la semana pasada tras haber convocado para el 10 enero en Ginebra a sus respectivos representantes con el objetivo de negociar las «garantías de seguridad» exigidas por las autoridades rusas. El mismo asunto será tratado el día 12 con la OTAN y el 13 con la OSCE.
Pero, a juzgar por el tono de la entrevista que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha concedido a la agencia rusa RIA-Nóvosti, publicada el viernes, la conversación telemática de los presidentes de Rusia y Estados Unidos no ha caído muy bien en Moscú. Las respuestas de Lavrov a RIA-Nóvosti denotan una clara desconfianza hacia EEUU y la OTAN y dejan entrever un endurecimiento de la posición de Rusia, si no se alcanza un compromiso.
El jefe de la Diplomacia rusa habló en primer lugar de las «garantías de seguridad» que su país exige a Washington y a la Alianza Atlántica para poner fin a las tensiones en torno a Ucrania: rechazo absoluto a que Kiev se integre en la OTAN, reducción del aparato militar aliado en los países del Este y prohibición del despliegue de misiles de alcance medio y armas nucleares en Europa.
El contenido de este «paquete» de medidas, según el Kremlin, fue la cuestión principal que discutieron Putin y Biden el jueves y Lavrov explicó a RIA-Nóvosti que «se trata de excluir cualquier ampliación adicional de la OTAN hacia el este y el despliegue de sistemas de armas que nos amenacen cerca de las fronteras rusas, especialmente desde Ucrania». Según sus palabras, «nuestras propuestas están encaminadas a crear y legalizar un nuevo sistema de acuerdos basado en el principio de indivisibilidad de la seguridad y el rechazo a los intentos de alcanzar la superioridad militar, algo que fue aceptado unánimemente por los líderes de todos los estados euroatlánticos en la década de los noventa». El ministro ruso subrayó que las garantías «deben ser legalmente vinculantes, ya que nuestros colegas occidentales fallan sistemáticamente en cumplir los compromisos adquiridos».
A renglón seguido, Lavrov advirtió que «si no se da una respuesta constructiva en un tiempo razonable y Occidente continúa con su línea agresiva, Rusia se verá obligada a tomar todas las medidas necesarias para garantizar un equilibrio estratégico y eliminar amenazas inaceptables para nuestra seguridad». Puntualizó también que Rusia «no permitirá» que se entierren sus iniciativas «en discusiones interminables».
Una guerra interminable
En opinión del canciller ruso, «la guerra en Ucrania, que se prolonga ya por octavo año consecutivo, está lejos de finalizar. Las autoridades del país no van a tomar medidas para resolver el conflicto en Donbass sobre la base de los acuerdos de Minsk», cuya redacción definitiva se rubricó en febrero de 2015 en la capital de Bielorrusia. Lavrov acusó además a la OTAN de «incrementar el suministro de armas a Ucrania enviando también allí instructores militares». Según sus palabras, «los estados miembros de la OTAN están convirtiendo a Ucrania de forma planificada e n una plataforma de acción militar contra Rusia, instalando allí sus bases y utilizando su territorio para realizar maniobras». «En cuanto a los residentes en Donbass, donde viven cientos de miles de ciudadanos de nuestro país, Rusia tomará todas las medidas necesarias para protegerlos», añadió.
El senador ruso, Konstantín Kosachiov , por su parte, dijo el martes que Rusia «tiene derecho a emplear sus Fuerzas Armadas, si sus ciudadanos son atacados en el extranjero». Con anterioridad, Putin promulgó un decreto implantando un procedimiento simplificado para proporcionar la nacionalidad rusa a los residentes en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk (Donbass). Según distintos cálculos, casi 100.000 personas recibieron pasaportes rusos mediante este trámite.
En su discurso de fin de año, Zelenski dijo que su principal preocupación consiste en «poner fin a las hostilidades en Donbass». Precisamente el sábado, el Ejército ucraniano informó de la muerte de uno de sus soldados en enfrentamientos con los separatistas prorrusos en Donbass. Es la primera violación de la tregua acordada el pasado 22 de diciembre . Hasta ahora, todos los acuerdos de alto el fuego firmados entre Kiev y los rebeldes apoyados por Rusia han fracasado.
En la noche de fin de año, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba , escribió en Twitter que «Ucrania se ha estado defendiendo de la actual agresión rusa durante casi ocho años. Y, sin ser miembros de la OTAN, hemos sido capaces de defendernos. Si Occidente vacila y opta por el apaciguamiento, seguiremos defendiendo nuestro derecho a existir y a elegir nuestro propio futuro».
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