Revuelta de gobernadores demócratas contra Trump por su «inacción»
La epidemia de coronavirus arrecia en EE.UU., con más de 30.000 casos confirmados ayer, con lo que supera a España y se coloca como el tercer país más afectado
El aumento disparado de casos está provocando, como era previsible, el colapso en los sistemas hospitalarios de EE.UU., donde ya empiezan a faltar ventiladores y material de protección como mascarillas, batas o guantes, en una escasez que podría ser crítica en pocos días.
Los gobernadores de los estados más afectados repetían ayer los llamamientos para que el Gobierno federal lidere la respuesta y coordine el abastecimiento de estos materiales a los hospitales. La Administración de Donald Trump ha dado una respuesta tibia y tardía a la crisis: le costó asumir la gravedad potencia de la epidemia en su propio territorio, no ha invocado la Ley de Producción de Defensa que permite obligar a las empresas a que fabrican productos necesarios para una crisis nacional o evitar la escalada de precios, no ha desplegado al ejército o a su personal médico en las zonas más necesitadas y hasta este viernes no ha movilizado a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) para dar respuesta a la situación.
La epidemia en EE.UU. suma ya 30.000 casos positivos confirmados , con lo que supera a España y se coloca como el tercer país, después de Italia y China.
El epicentro de la crisis está en Nueva York, un estado que acumula cerca de la mitad de los casos de coronavirus y el 5% a nivel mundial. Al cierre de esta edición, había 15.168 positivos, un salto de 4.812 casos en un solo día. La mayoría de ellos se concentraba en la ciudad de Nueva York, la principal del país y capital financiera y cultural del mundo, con más de 9.000 casos.
«Está empeorando», reconoció en la cadena NBC el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio , antes de ofrecer una perspectiva descorazonadora. «Abril va a ser peor que marzo. Y me temo que mayo será peor que abril». De Blasio lleva días exigiendo a Trump que despliegue el ejército y redoble los esfuerzos para la fabricación de ventiladores, necesarios para los casos más agudos. «Si se están produciendo ventiladores en cualquier sitio del país, necesitamos que los traigan a Nueva York. No dentro de semanas o meses, en los próximos diez días».
El gobernador del estado, Andrew Cuomo, se sumó a este llamamiento y exigió a Trump que nacionalice la producción de material médico para enfrentar el déficit de respiradores y material de protección que empieza a sufrir Nueva York. «Si yo tuviera el poder, lo haría en Nueva York», dijo sobre la utilización de la ley de Producción de Defensa.
«Estamos desesperados», aseguró el gobernador de New Jersey, Phil Murphy, en la cadena ABC. «Hicimos una fuerte petición a los fondos estratégicos de la Casa Blanca. Nos han dado una fracción de lo que pedimos», dijo sobre el envío de mascarillas.
«Esto debería haber sido un esfuerzo coordinado por el Gobierno federal» , añadió su homólogo en Illinois, J.B. Pritzker, en CNN sobre la distribución del material médico de emergencia. «Estamos compitiendo entre nosotros», dijo sobre los estados más afectados. «Estamos compitiendo contra otros países. Esto es como el salvaje Oeste. Y, además, estamos pagando demasiado por esta competencia».
Una queja similar expresó Cuomo en su rueda de prensa diaria. «Estamos compitiendo contra otros estados, de alguna manera nos estamos atacando. Yo trato de comprar mascarillas, y compito con California, Illinois o Florida» , protestó antes de reconocer que la subida de precios se ha convertido en un «problema tremendo».
En una conferencian telefónica la semana pasada con los gobernadores de todo el país, Trump ya les advirtió que no deberían esperar a que la Administración federal les proporcionara el material que necesitan, y que empezaran a buscarlo ellos mismos.
Los gobernadores no solo protestaban por la falta de coordinación y de ayuda de la Administración Trump, sino también por la tardanza en su respuesta a la crisis. «Necesitamos esas mascarillas», aseguró Gretchen Whitmer, la gobernadora de Michigan, donde los casos han pasado de uno a ochocientos en doce días. «Si el Gobierno federal se hubiera centrado en esto cuando quedó claro que todo el mundo lo iba a sufrir, estaríamos en una posición más fuerte ahora», lamentó antes de decir que «se perderán vidas por no estar preparados».
Los gobernadores que han protestado tienen en común que pertenecen a estados muy afectados por la epidemia, pero también que son demócratas . Ningún gobernador republicano ha salido a criticar la actuación de Trump y su Administración, que ha insistido, tanto por parte de FEMA como por el líder médico en la respuesta a la crisis, Anthony Fauci, que el envío de mascarillas ya está en marcha.
Trump respondió de una forma ambivalente a las críticas. Primero, aseguró en Twitter que estaba trabajando «muy bien con los estados y con los gobernadores de la nación». Después, respondió a los gobernadores que le habían criticado y dijo que «no deberían culpar al Gobierno federal de sus propias carencias».
En el cruce de acusaciones, el máximo dirigente de la patronal de hospitales, Richard Pollack, advirtió de que ya faltan materiales y se necesitarán más: «Si no protegemos a nuestros trabajadores sanitarios, el sistema quebrará completamente».
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