El Congreso ultima un paquete de ayuda de más de un billón de dólares

Lo hará de acuerdo con la Casa Blanca y podría llegar a los dos billones, casi un 10 por ciento del PIB

Agentes de bolsa en Wall Street esta semana AFP

Javier Ansorena

Los positivos confirmados de coronavirus superaban ayer los 20.000 casos en EE.UU., en una epidemia rampante que amenaza con que cueste muchas vidas -los fallecidos eran más de doscientos- por el colapso del sistema sanitario y, al mismo tiempo, con un gran impacto económico, de un tamaño todavía incierto.

Para tratar de compensar lo segundo, el Senado de EE.UU. se afana este fin de semana por cerrar un acuerdo entre republicanos, demócratas y la Casa Blanca para un estímulo económico formidable, por encima del billón de dólares. Una parte importante de ello estará dedicado a meter dinero directamente en el bolsillo de los estadounidenses, con cheques mensuales -la cantidad y qué familias los podrán recibir todavía no están decididos- para paliar los efectos de la crisis.

Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana en la Cámara alta, esperaba ayer que el acuerdo se alcanzara pronto y se votara este lunes. Chuck Schumer, que lidera la minoría demócrata, aseguraba que las conversaciones iban por buen camino y que las discusiones con Steve Mnuchin , el secretario del Tesoro, fueron «muy buenas y muy detalladas».

Mientras se producían las negociaciones, el principal asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow , aseguró que el paquete de estímulo económico podría llegar a los dos billones de dólares, «cerca del 10% de nuestro PIB». Eso equivaldría a tres veces el coste del estímulo dedicado para salir de la crisis financiera de 2008. Después, Ludlow aclaró que el gasto directo sería de unos 1,4 billones de dólares.

El remedio económico se ultima ante una crisis que amenaza con crear un paro del 20% -en el peor de los escenarios-, un nivel nunca visto en EE.UU.. Según un estudio de la Universidad de Columbia, el virus podría infectar a 650.000 personas del país en los próximos dos meses si no se toman medidas más estrictas, como ya han empezado a hacer algunos estados, como California, Nueva York o Illinois.

Las negociaciones se producían también tras la peor semana en los mercados desde 2008, con un desplome generalizado en Wall Street y con la bolsa de Nueva York con el parqué físico cerrado a partir de mañana, cuando pasará a operar de forma completamente electrónica.

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