La retirada de la ley de extradición no calma las protestas en Hong Kong

El Gobierno cede tras tres meses, pero los manifestantes tienen más exigencias

Los manifestantes rechazaron anoche la oferta de diálogo del Gobierno Reuters
Pablo M. Díez

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Poco, tarde y mal. Después de casi tres meses de manifestaciones multitudinarias y violentas protestas contra la Policía, la retirada definitiva de la ya suspendida ley de extradición a China no apacigua a los manifestantes de Hong Kong. En un mensaje televisado, la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, anunció ayer la anulación de este proyecto de ley «para calmar las preocupaciones del público» y así «iniciar el diálogo».

Pero esta concesión solo cumple una de las cinco demandas de los manifestantes. Las otras cuatro son una comisión independiente para investigar el uso de la fuerza policial, el sobreseimiento de los cargos por «disturbios» para los detenidos en las protestas y la retirada de dicha calificación, que entraña penas de hasta diez años de cárcel, así como el sufragio universal.

Comisión de la verdad

Aunque la jefa ejecutiva no transigió con la comisión de investigación, sí incorporó dos nuevos miembros al comité interno de la Policía que analiza las denuncias contra su comportamiento, como los abusos y la brutalidad que le achacan los manifestantes en su dispersión de las protestas. En cambio, sí creará una especie de «comisión de la verdad» donde invitó a representantes de todos los ámbitos ciudadanos a expresar sus ideas y opiniones sobre este verano caliente en el que Hong Kong ha estallado por los aires.

Tras derivar las demandas sobre la amnistía a los tribunales, que estudiarán cada caso según las pruebas, Lam prometió sobre el sufragio universal «llevar a cabo las discusiones necesarias dentro del marco legal, y en una atmósfera que sea decisiva para la confianza mutua y el entendimiento y sin polarizar aún más a la sociedad». Y es que, tres meses después, las protestas que empezaron de forma masiva y pacífica han derivado en una «guerrilla urbana» que cada fin de semana se enfrenta a la Policía para reclamar democracia al autoritario régimen de Pekín.

A pesar de la retirada de la ley, para este fin de semana se esperan nuevas movilizaciones porque los manifestantes rechazan la oferta de diálogo de Lam. Solo tres horas después de su anuncio, dos jóvenes de negro que ocultaban sus rostros y llevaban cascos hablaron a la Prensa ante el Parlamento, asaltado el 1 de julio. «No hay vuelta atrás y no renunciaremos. Tenemos cinco demandas, ni una menos», prometió uno mientras su compañera criticaba que la medida solo pretendía aplacar las movilizaciones antes del Día Nacional de China el 1 de octubre. «Si el Gobierno hubiera retirado la ley hace tres meses, no habríamos llegado hasta aquí, pero ahora no es suficiente», advirtió la joven, que insistió en «investigar la brutalidad policial». A su juicio, «la declaración de Lam no significa que la Policía reducirá la escalada (de la violencia). Y, si ellos no lo hacen, nosotros tampoco».

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