El referéndum de Renzi amenaza la estabilidad de Italia

Si la reforma constitucional es rechazada mañana, el ganador será Grillo

Una mujer camina en Roma junto a propaganda electoral de la consulta AFP

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Con la población hastiada de una interminable campaña que se alargó durante meses, anoche se cerró la campaña del referéndum constitucional en Italia bajo el signo de un duro enfrentamiento entre el primer ministro, Matteo Renzi, y el cómico Beppe Grillo , líder del Movimiento 5 Estrellas. Ha habido de todo en esta campaña, en la que se ha gritado y mentido mucho, se han escuchado disparatados insultos y se lanzaron fuertes acusaciones .

Tal caos no dejó espacio para el razonamiento responsable sobre las ventajas e inconvenientes de la reforma. Sobre todo por parte del frente del «no», donde se mezclan adversarios políticos que se odian mutuamente, como Grillo, Silvio Berlusconi, el xenófobo «lepenista» Matteo Salvini de la Liga Norte o el ex primer ministro Mario Monti, unidos fundamentalmente por su animadversión a Renzi y el deseo de eliminarlo políticamente.

La palma de los despropósitos se la han llevado los populistas, comenzando con Grillo, con declaraciones enloquecidas hasta el extremo de elogiar la irracionalidad política. En su desesperado intento por lograr que los italianos sigan el camino del Brexit o del voto americano a favor de Donald Trump, el cómico Grillo gritó desde un escenario de Roma que, para mandar a casa a Renzi, no se votara racionalmente: «El “no” tenéis que decirlo no con la cabeza sino que debe ser un voto visceral» (con la «pancia» (abdomen), dijo literalmente). «Tenéis que confiar en vuestra “pancia” y no en vuestra mente», dijo el líder populista.

Mensaje a Europa

El líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, quien propugna realizar en Italia un referéndum para salir del euro, pidió votar «no» para eliminar políticamente a Renzi y mandar un mensaje a Europa: «El “no” es también un rechazo hacia Europa y a sus reglas, desastrosas para Italia». Salvini ha acusado a Renzi de comprar o inventarse el voto de los 3,5 millones de italianos en el exterior. Es una grave acusación, seguramente motivada por el temor a que esos votos tengan una influencia decisiva, pues la afluencia a las urnas fue del 40 por 100, un porcentaje muy superior al que esperaba Matteo Renzi.

En la campaña de instrumentalización hay que incluir también al líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, quien a sus 80 años ha querido hacer su último salto mortal, afirmando que Italia puede convertirse en «dictadura» si se aprueba la reforma.

Renzi cerró la campaña asegurando que el «sí» a la reforma es garantía de estabilidad. Con una frase ha confirmado su arrepentimiento por haber intentado al inicio convertir el referéndum en un plebiscito sobre su persona: «En el referéndum no se vota sobre mi o sobre el gobierno. Para mandarnos a casa están las elecciones…». Precisamente, para asegurar la estabilidad, el Financial Times pedía ayer en un editorial que Renzi continúe al frente del gobierno aunque gane el «no».

Quén gana

La sensación en los últimos días –desde hace dos semanas no se pueden hacer públicos los sondeos– es que ante el temor a la inestabilidad muchos indecisos podrían decidir al final votar «sí» a la reforma. El «no» tuvo ventaja en las últimas semanas, pero el margen se habría reducido en los últimos días. Si triunfa el «sí», el ganador será Renzi; si la mayoría se pronuncia por el «no», Grillo será el vencedor.

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