Putin admite que no todo va bien: los hospitales rusos temen verse desbordados
El presidente obliga a hacerse el test a todos los que recibe en la residencia donde pasa el confinamiento, a las afueras de Moscú
El presidente Vladímir Putin , que en un principio aseguró a la ciudadanía que la lucha contra el Covid-19 era pan comido y que el virus sería vencido como lo fueron las hordas centroasiáticas de pechenegos y pólovtsi que diezmaron a los rusos entre los siglos XI y XIII, ayer tomó distancias en cuanto a la posibilidad de que Rusia supere pronto la pandemia.
«La situación lamentablemente no mejora», lanzó ayer Putin en el curso de una nueva videoconferencia retransmitida por los canales de televisión desde su residencia de la afueras de Moscú de Novo-Ogariovo, en donde lleva ya dos semanas confinado y obligando a los pocos a los que recibe a hacerse el test. Su anterior videoconferencia tuvo lugar el miércoles pasado y, desde entonces, no se supo nada de él, salvo lo que contó su portavoz, Dmitri Peskov, el sábado sobre su «excelente salud».
En su comparecencia telemática de este lunes con miembros el Gobierno, el máximo dirigente ruso reconoció que «aumenta el número de enfermos y cada vez son más lo que presentan un cuadro grave». Según su opinión, la situación cambia casi a diario, sugiriendo que el empeoramiento de las cifras de nuevos casos en los últimos días es algo inesperado, y señaló que «las próximas semanas serán en gran medida decisivas». En tal situación, prosiguió Putin, «debemos considerar todos los escenarios de cómo puede evolucionar la situación, incluso los más complejos y extraordinarios».
Alertó del hecho de que «el pico de la enfermedad todavía no se ha alcanzado, ni siquiera en Moscú» y llegó a echar mano del Ministerio de Defensa para un despliegue del Ejército, si fuera necesario, cuyas fuerzas, puntualizó, «pueden y deben ser utilizada«". Lo que no explicó es con qué cometidos concretos, aunque los expertos señalan ya la necesidad de montar hospitales de campaña.
Por otro lado, el Departamento de Sanidad de la Alcaldía moscovita ha alertado hoy sobre la posibilidad de que una avalancha inminente de enfermos por coronavirus colapse los hospitales . Según las autoridades municipales, los médicos trabajan al límite y en las próximas dos o tres semanas se puede producir una escasez de camas en los centros sanitarios de la capital. En el comunicado se asegura que más y más clínicas están siendo habilitadas para recibir enfermos de coronavirus, pero podría no ser suficiente si la pandemia se agrava.
Con 2.774 nuevos casos de coronavirus detectados en las últimas 24 horas, lo que supone un incremento con respecto al día anterior de 216 contagios, el total de infectados en toda Rusia se sitúa en 21.102 personas, 170 fallecidos y 1.694 recuperados. Moscú, por su parte, registra 1.489 nuevos contagios, 134 más que el lunes, y 95 muertos, 13 más que en el parte precedente. El total de infectados en la capital rusa se eleva así a 13.002.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, por su parte, ha pedido hoy «evitar cualquier intento de politizar el tema del coronavirus, algo que no solo se observa en relación a la OMS, sino también en las acusaciones de las que son objeto algunos países», en referencia a China, país que Moscú considera su aliado estratégico.
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