El pulso entre partidarios del Brexit duro y europeístas queda en tablas

El excabeza del UKIP presionará para que el nuevo Gobierno rompa con la UE en la revisada fecha del 31 de octubre

El ganador de las elecciones europeas en el Reino Unido, Nigel Farage REUTERS

Lourdes Gómez

Los dos grandes partidos de Reino Unido, Conservador y Laborista, cayeron estrepitosamente en las elecciones al Parlamento Europeo ante la nueva formación del ultra euroescéptico Nigel Farage , cuyo objetivo es un «Brexit limpio» sin acuerdo con Bruselas. El Partido del Brexit (PBX), que lleva operativo unos dos meses, ganó casi un tercio de los votos y ocupará 29 escaños en Estrasburgo a partir del 2 de julio. Farage demandó de inmediato la presencia de su círculo de «negociantes con experiencia» en las deliberaciones sobre el plan de salida de la UE que trace el sucesor de la primera ministra, Theresa May, quien anunció su dimisión el viernes.

El excabeza del UKIP presionará para que el nuevo Gobierno rompa con la UE en la revisada fecha del 31 de octubre. Es un objetivo al que apuntan los candidatos al liderazgo «tory» , con los exministros Boris Johnson y Dominic Raab reiterando incluso su determinación por salir de la Unión «con o sin acuerdo». A su vez, May señaló que la «muy frustrante» jornada electoral «demuestra la importancia de lograr un acuerdo del Brexit».

El PBX se coló en primera posición, seguido del europeísta partido Liberal Demócrata y del laborismo de Jeremy Corbyn, que perdió diez diputados y el 11% de apoyos respecto a los mismos comicios de 2014. En una humillante quinta posición entraron los «tories», que retuvieron cuatro de sus quince escaños europeos, con el 9% de votos. Para Johnson, el rapapolvo sufrido es una carta de «despido del Gobierno» emitida por el electorado, mientras el también aspirante a dirigir el Ejecutivo, el ministro de Exteriores Jeremy Hunt, lo interpretó como «una amenaza existencial».

Con una participación limitada al 37% -fue del 72% en el referéndum del Brexit de 2016-, los resultados son más turbios que la simple y colosal victoria autoproclamada por Farage. El pulso entre ‘brexiteros’ ultras y europeístas radicales quedó en tablas, según una lectura de los resultados del profesor John Curtice. El reputado especialista atribuye en torno al 35% de apoyos a ambos bandos en una hoja de cálculo que no incluye los partidos autonomistas e independentistas. Su cómputo abarca a los dos «brexiters» puros, el PBX y UKIP, y en el otro polo al arcoíris de Lib-Dem, Verdes y el nuevo grupo Change Uk, que demandan otro plebiscito sobre la UE.

«Esta elección ha demostrado lo polarizado que está el público. Somos un país profundamente dividido y (…) será muy difícil resolver el estancamiento del Brexit», concluyó Curtice en la BBC. Los Lib-Dem advirtieron ayer de que el Brexit no ganó la batalla global ni la mayoría del electorado consiente una retirada desordenada del bloque comunitario. La aritmética está de su lado. Según cálculos de ‘The Guardian’, 5,9 millones de electores votaron el jueves a partidos abiertamente euroescépticos frente a 6,8 millones que apostaron por propuestas a favor de la permanencia en las cuatro naciones d Reino Unido.

A la «ambigüedad constructiva» pilotada por Corbyn , para acomodar el mensaje a los distritos «brexiteros» postindustriales de Inglaterra y a las urbes proeuropeas, se achaca el fracaso de los laboristas. El líder respondió que escuchan «con atención» las voces de sus ‘ministros en la sombra’ y de activistas que piden un cambio de estrategia o una consulta a las bases para determinar si se ha de «respaldar un plebiscito confirmatorio del Brexit y apoyar la permanencia en dicha votación».

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