Prisión preventiva para la expresidenta de Corea del Sur, destituida por corrupción

Confinada en un centro de detención, Park Geun-hye será acusada de aceptar sobornos a cambio de favores políticos en complicidad con su amiga la «Rasputina»

La expresidenta, conducida por los agentes tras declarar ante la Fiscalía AFP

PABLO M. DÍEZ

Tal y como había pedido la Fiscalía, el Tribunal del Distrito Central de Seúl decretó este viernes prisión preventiva para la expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye , destituida por corrupción. Tras pasarse todo el jueves en el tribunal, los jueces dictaron la orden de arresto para ella por aceptar sobornos, abuso de autoridad, coerción y revelación de secretos gubernamentales.

«La necesidad de su arresto queda reconocida porque hay razones probables para imputarla y una preocupación de que las pruebas sean destruidas», razonó el juez Kang Boo-young, según informa la agencia estatal surcoreana de noticias Yonhap. A continuación, Park fue trasladada al centro de detención de Seúl , donde también están confinados otros dos protagonistas de la trama de corrupción que ha tumbado a la presidenta.

La primera es su amiga íntima Choi Soon-sil, apodada la «Rasputina» de Corea del Sur por su poderosa influencia sobre el Gobierno. El otro es el vicepresidente y heredero de Samsung, Lee Jae-yong, quien está acusado de, presuntamente, haber pagado sobornos millonarios a la «Rasputina» y a Park a cambio de favores políticos.

A tenor de los fiscales encargados de la investigación, Park fue cómplice de Choi a la hora de presionar a las mayores multinacionales del país, como Samsung o Hyundai, para que «donaran» hasta 77.400 millones de won (unos 65 millones de euros) a dos fundaciones dirigidas por la «Rasputina», Mir y K-Sports. Supuestamente, más de la mitad de ese dinero (43.400 millones de won / 36 millones de euros) fue pagado por Samsung, que hasta le compró un caballo a la hija de Choi y le costeó las clases de equitación para que el Gobierno apoyara la fusión de dos de sus filiales.

Triste final para Park

El tiempo máximo que la expresidenta Park puede pasar en el centro de detención es de 20 días, pero se espera que los fiscales presenten los cargos contra ella a mediados de abril, antes de que se cumpla ese límite. Solo por el delito de aceptar sobornos, ya se enfrenta a una pena de diez años de cárcel.

Park, hija del dictador que gobernó Corea del Sur desde 1961 hasta su asesinato en 1979, consuma así su caída por este fétido escándalo, que ha arruinado su vida política y probablemente la lleve entre rejas. Además de los cargos por corrupción, será acusada de haber vetado a más de 9.000 artistas, escritores y cineastas críticos al meterlos en una «lista negra» para que no recibieran ninguna subvención.

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