El primer ministro de Haití asegura que la «emigración continuará» mientras haya grandes desigualdades
«Los seres humanos siempre van a escapar de la pobreza y el conflicto», afirmó ayer Ariel Henry ante la ONU
La crisis humanitaria y política producida por la emigración masiva de ciudadanos de Haití a EE.UU. sigue abierta, a pesar de que el campamento de haitianos que se hacinaban bajo un puente en Del Río (Texas), en la frontera con México, ha sido vaciado. En opinión del primer ministro de Haití, la situación no será una crisis temporal. «Nuestra intención no es oponernos al derecho de un estado soberano a controlar los puntos de entrada en su territorio o de devolver a su país de origen a aquellos que entraron de forma ilegal», dijo Ariel Henry ayer en su intervención ante la ONU con motivo de su Asamblea General. «Pero los seres humanos, padres y madres que tienen niños, siempre van a escapar de la pobreza y el conflicto», añadió en un mensaje grabado en vídeo. «La emigración continuará siempre que en el planeta haya regiones ricas, mientras que la mayoría de la población mundial vive en la pobreza, incluso la pobreza extrema, sin perspectivas de una vida mejor». Ariel hablaba desde un país sacudido por turbulencias políticas –el presidente, Jóvenes Moïse, fue asesinado en julio– y por un potente terremoto en agosto.
El campamento fue desmantelado el viernes , después de que la presencia de cerca de 15.000 haitianos que buscaban entrar en EE.UU. y que fueron repelidos en ocasiones con prácticas agresivas, que supusieron una crisis política y mediática para el Gobierno de Biden.
Su secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, detalló esta semana que cerca de 30.000 haitianos había llegado a esa zona fronteriza desde el 9 de septiembre. De ellos, a 12.400 se les permitió entrara para solicitar asilo u otro tipo de protección humanitaria. Ese proceso normalmente implica que se les deja libres hasta que sean citados por las autoridades migratorias para tramitar su solicitud. Otros dos mil haitianos fueron repatriados por EE.UU. en más de veinte vuelos a Haití, en una decisión que provocó críticas en algunos sectores del partido demócrata. El propio enviado especial de EE.UU. a Haití, Daniel Foote, dimitió de su cargo por esa repatriación masiva, que calificó de «inhumana y contraproducente».
Cerca de otros ocho mil haitianos, según Mayorkas, «decidieron regresar a México de forma voluntaria» . Algunos se dirigieron a otras zonas del país, muchos de ellos hacia el Norte con la intención de cruzar la frontera con EE.UU. desde otro punto. Las autoridades mexicanas han intentado convencerles de que viajen hacia el Sur, hacia otros puntos del país.
Para los republicanos, el haber permitido la entrada de más de doce mil haitianos supondrá un efecto llamada para que nuevos contingentes de inmigrantes llamen a la frontera del país. La Administración Biden extendió el pasado mayo la suspensión de las deportaciones de haitianos en EE.UU. por las condiciones humanitarias y políticas del país caribeño.
Ayer, el puesto fronterizo de Del Río volvió a operar después de que estuvieran cerrado desde el 17 de septiembre por la llegada masiva de haitianos.
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