Pekín niega que Putin le haya pedido ayuda y acusa a EE.UU. de propagar «desinformación»

El portavoz de Exteriores, Zhao Lijian, critica las «intenciones maliciosas» de la Casa Blanca e insiste en la negociación mientras apoya veladamente a Rusia

El líder chino Xi Jinping AFP
Pablo M. Díez

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Justo antes del encuentro en Roma entre Estados Unidos y China sobre la guerra de Ucrania , Pekín negaba que Rusia le hubiera pedido ayuda militar. En su comparecencia diaria ante la Prensa, uno de los portavoces del Ministerio de Exteriores, Zhao Lijian, desmintió este lunes la información proporcionada de forma anónima por altos cargos de la Administración Biden. « EE.UU. ha estado propagando desinformación con intenciones maliciosas y esto es muy peligroso », criticó Zhao, quien calificó lo publicado como «noticia falsa» y volvió a repetir punto por punto la postura oficial del régimen chino.

«Tenemos que avanzar hacia una solución diplomática de la situación en lugar de seguir con la escalada», recomendó antes de insistir en que «nuestra posición es consistente». Aunque China aparenta ser neutral, tanto sus diplomáticos como los medios y las redes sociales, controladas por la propaganda y la censura, no ocultan su apoyo a Rusia ni sus críticas a Occidente.

De hecho, Pekín no solo no ha condenado la guerra, que ni siquiera define como tal ni como invasión, sino que acusa a EE.UU. y la OTAN de « echar leña al fuego » y amplifica todo lo que difunde la propaganda rusa. Mientras los medios chinos se han hecho eco varias veces de las supuestas huidas del presidente Zelenski, que han acabado siendo todas falsas, el portavoz Zhao Lijian ha acogido con entusiasmo la denuncia rusa de que la Casa Blanca opera 30 laboratorios de armas bioquímicas en Ucrania. En ese caso, además, le conviene la narrativa de Moscú porque Zhao ha sido uno de los principales impulsores de la «teoría de la conspiración» de que el coronavirus, en realidad, se escapó de un laboratorio militar estadounidense.

Al margen de sus intereses comunes contra EE.UU., China y Rusia están exhibiendo durante esta crisis una amistad que, según el ministro de Exteriores Wang Yi , es «sólida como una roca». Para ello, Pekín se ve obligado a hacer encaje de bolillos diplomáticos con el fin de conciliar los principios de su política internacional con su alianza con Putin, al que prefiere llamar «socio estratégico integral». Mientras, por una parte, defiende el «respeto a la soberanía e integridad territorial de Ucrania», por la otra pide que se tomen en serio «las legítimas demandas de seguridad» de Moscú. Y, sobre todo, aprovecha cualquier ocasión para criticar el «belicismo» de la Casa Blanca y denunciar «la expansión al este» de la OTAN, a la que no perdona el bombardeo de la Embajada china en Belgrado en el que murieron tres periodistas en 1999, durante la guerra de Kosovo. A pesar de todo ello, Occidente espera que el presidente Xi Jinping medie con su amigo Putin para detener la barbarie en Ucrania.

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