Morales denuncia un golpe de estado ante la OEA y pide ayuda
El gobierno de Bolivia abre una auditoría paralela cuando se cumple el ultimátum de 48 horas dado por opositores
El Gobierno de Evo Morales denunció este lunes ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos ser víctima de un golpe de estado y pidió apoyo al resto del continente americano para desactivarlo. La mayoría de los países reunidos, encabezados por Brasil, le pidieron al canciller de Bolivia que acate el resultado de una auditoría interna, y Estados Unidos conminó a Morales a ir directamente a una segunda vuelta para solucionar la crisis abierta por las sospechas de fraude en las elecciones del 20 de octubre.
«El llamamiento a levantarse a las fuerzas armadas y la policía nacional y la conminatoria bajo amenaza a Evo Morales a dejar el gobierno en 48 horas es una clara evidencia de que hay un golpe de estado en camino que pretende quebrantar la vida democrática de Bolivia llevándonos al caos y el enfrentamiento entre bolivianos», dijo Diego Pary, el canciller, ante el Consejo Permanente de la OEA. «Se trata de racismo y discriminación no a un presidente indígena sino a un pueblo al que representa un presidente indígena», añadió.
La misión de observación electoral de la OEA sigue su auditoría en Bolivia, mientras la autoridad electoral de ese país sudamericano ha encargado una inspección paralela al llamado Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela), creado por el régimen venezolano en 2007 para legitimar las elecciones que ganó Hugo Chávez.
Preguntado por ABC en la sede de la OEA en Washington, el canciller boliviano Pary no reveló cuál de las dos auditorías será vinculante si es que hay alguna contradicción entre ambas. «El recuento electoral fue transparente y no hay motivos para pensar que pueda haber diferencias entre un resultado y otro», dijo el canciller, quien mantuvo una reunión a puerta cerrada con el embajador norteamericano ante la OEA, Carlos Trujillo.
Precisamente Trujillo tuvo la intervención más contundente en el Consejo Permanente, al pedir, en nombre de EE.UU., que Morales se ahorre esta crisis y vaya automáticamente a segunda vuelta. «Es necesario que se respete la democracia y la voluntad del pueblo expresada en las urnas», dijo el embajador estadounidense.
Seis días después de las elecciones, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció la victoria de Morales con un 47,08% de los votos una diferencia de más de 600.000 papeletas sobre el segundo candidato, Carlos Mesa. Para el gobierno de Bolivia es suficiente como para declarar a Morales ganador.
Este mismo lunes venció un plazo dado por grupos opositores a Morales para que se apee y deje paso a un relevo en la presidencia. El empresario Luis Fernando Camacho , presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, le dio al presidente 48 horas sin anunciar qué sucedería cuando ese límite expirara. El canciller Pary acusó a esos opositores de «racismo» y de actuar como « hordas fascistas », más como criminales que como activistas políticos.
Un grupo de 13 países, incluidos Brasil, EE.UU., Argentina, Chile y Colombia, leyó un comunicado en que pide a Morales que espere al resultado de la auditoría de la OEA y considere esta vinculante. «Le urgimos a que colabora con la OEA para la pronta resolución de esta crisis».
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