Moldavia decreta estado de emergencia por falta de gas
Las difíciles negociaciones con la empresa de energía rusa es la causa. Ahora el Gobierno podrá gestionar las reservas para mantener los servicios esenciales e intervenir los precios
La República de Moldavia, que limita con Rumania y Ucrania, espera el invierno más frío en muchos años. No por las bajas temperaturas, cuyo promedio tradicional es de cuatro grados bajo cero, sino porque este año no contará con gas natural suficiente para mantener las calefacciones encendidas. El motivo son las difíciles negociaciones contractuales con la empresa de energía rusa Gazprom . El Parlamento ha decretado el estado de emergencia que permitirá al gobierno gestionar las reservas, con vistas a mantener los servicios esenciales, e intervenir los precios.
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La agencia de noticias Moldpres informa que 55 de un total de 101 diputados votaron a favor de la propuesta del gobierno europeísta de la primera ministra Natalia Gavrilita. «En el área del suministro de gas, se ha desarrollado una situación crítica en nuestro país », explicó la jefa de gobierno durante el debate parlamentario. La demanda de gas de la exrepública soviética ha sido cubierta por el proveedor ruso solamente en un 67%, lo que pone en peligro la vida de quienes no puedan obtener suministro en sus viviendas durante el invierno y la precaria situación económica del país, que acaba de recibir un crédito el FMI de 564 millones de dólares para los próximos 40 meses con el que apuntalar su frágil recuperación. La economía moldava ser contrajo un 7% en 2020 y el FMI prevé que este año crezca un 7,5%, pero esa previsión pierde validez en un contexto de precariedad energética. El caso energético hará imposible, además, la lucha contra la corrupción, el objetivo principal con el que Natalia Gavrilita ganó las últimas elecciones.
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Ante la presente situación, Gavrilita ha anunciado que su país se verá obligado a obtener gas natural de otras fuentes, además de que le llega a través de Ucrania y Rumanía, medida para la que era necesario también el estado de emergencia. Recientemente, el gobierno amplió por un mes más el contrato entre Moldavia y el gigante energético ruso Gazprom, que debería haber expirado a finales de septiembre. Las negociaciones con Gazprom continúan, dijo Gavrilita, pero la incertidumbre ha tenido como consecuencia que la situación en Moldavia sea aún más tensa y el gobierno teme una posible inestabilidad política. Sus técnicos sospechan que Gazprom no está reaccionando al aumento de la demanda europea para obligar al gasoducto Nord Stream 2 a entrar en funcionamiento rápidamente.
La parte rusa ha negado repetidamente tales acusaciones. Aunque la obra está terminada, aún está pendiente la aprobación de la controvertida línea del Mar Báltico entre Rusia y Alemania. Sin embargo, el presidente Vladimir Putin promete reiteradamente múltiples entregas rápidas de gas a través de Nord Stream 2.
Gavrilita decreta el estado de emergencia apoyada en la mayoría absoluta que su partido, Acción y Solidaridad (PAS) tiene en el parlamento, que votó en sesión extraordinaria. «Tenemos un déficit de unos 16 millones de metros cúbicos en el mercado nacional del gas», justificó la decisión, «la declaración del estado de emergencia permitirá proporcionar financiación a Energocom, el suministrador central de electricidad, para adquirir gas en el mercado al precio actual y al contado».
Moldavia es el primer exponente de una amenaza que afecta a toda Europa
El precio del gas natural TTF para entrega en noviembre en el mercado holandés, considerado referencia en Europa , se sitúa en 87,83 euros por megavatio hora (MWh). El ministro de Infraestructura y Desarrollo Regional moldavo, Andréi Spinu, ha realizado los cálculos necesarios de financiación y ha establecido los contactos pertinentes con proveedores alternativos en Ucrania, Rumanía y Polonia, tras anunciar, hace una semana, el estado de alerta en el sector, paso previo al estado de emergencia, después de constatar que el consumo de gas en el país supera el volumen que recibe de Rusia. A la escasez de gas se suma la falta de contratos nuevos que pueden dar previsibilidad al Gobierno moldavo . En paralelo intenta seguir negociando con Gazprom, pidiendo a la rusa que incluya en un nuevo contrato las tarifas del año pasado, ya que el precio actual es «injustificado e impracticable», pero la parte rusa considera exageradas las exigencias moldavas. De momento no hay un acuerdo sobre la mesa y «no es seguro que lo vaya a haber».
Moldavia es solamente el primer exponente de una amenaza que afecta a toda Europa. La UE necesita de gas y energía nuclear como «fuentes estables de energía», afrimó el viernes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen,q ue advirtió también que «es evidente que falta impulsar las energías renovables propias», como la eólica y la solar, que ofrecen «mucha independencia» al continente frente al uso de gas. Pero « junto a las renovables, necesitamos una fuente de energía estable: la nuclear y, durante un período de transición, es claro, el gas», agregó. La Comisión Europea debe proponer antes de fin de año una lista de energías consideradas favorables para el clima, lo que facilitará el acceso a capitales en el marco del «financiamiento verde», que les daría una ventaja competitiva crucial.