El ministro de Cultura, primera baja del Gobierno socialista portugués

Joao Soares, hijo del histórico Mário Soares, dimite tras la polémica por amenazar a dos columnistas con pegarles «dos bofetadas»

Joao Soares AFP

FRANCISCO CHACÓN

El ministro de Cultura portugués, el socialista Joao Soares, se ha visto obligado a presentar su dimisión después del revuelo causado por sus amenazas a dos columnistas críticos que arremetieron contra su política de «amiguismo».

El hijo del histórico Mário Soares llegó a decir en su página de Facebook que a Augusto M. Seabra y a Nuno Pulido Valente «les vendrían muy bien dos bofetadas». El primero de ellos dijo que estas palabras cson «incalificables» y el segundo precisó que sólo aguardaba el momento en que el exalcalde de Lisboa se atreviese a pegarle.

La polvareda mediática no se hizo esperar en las últimas 24 horas, por lo que hubo de intervenir el primer ministro, António Costa, para llamar al orden a Joao Soares e instarle a pedir disculpas públicamente, como de hecho sucedió.

Pero ni así se calmaron los ánimos, de modo que el ministro ha preferido salir por su propio pie . Una dimisión que le ha sido inmediatamente aceptada y que se convierte en la primera baja del Gobierno socialista, sustentado en acuerdos puntuales con el Bloco de Esquerda y los comunistas.

Se abre así una crisis en el Ejecutivo justo ante los ojos del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi , quien ha visitado Lisboa para recordar a Costa que las reformas deben continuar.

El primer ministro ha ido más allá y, para prevenir casos similares en el futuro, ha impuesto un código de conducta interno de cara a las declaraciones que se realizan ante los medios de comunicación y en las redes sociales. Objetivo: cerrar filas.

Ya había recordado anteriormente António Costa que «a pesar de que los gobernantes pueden continuar ejerciendo su libertad individual, deben tener en cuenta que sus intervenciones en el espacio público siempre serán entendidas como expresión del Gobierno ». En consecuencia, el Ejecutivo «sólo debe comunicar por sus propios canales y con un lenguaje adecuado».

Se da la circunstancia de que los socios radicales del Partido Socialista fueron los que primero solicitaron la dimisión de Joao Soares, de manera que su presión ha influido en el desenlace.

Con todo, al ya exministro no se le ha ocurrido otra cosa que lanzar este mensaje irónico una vez comprobada la fuerte controversia que se ha montado: «Pido disculpas si os asusté».

Fue así como se colmó la paciencia de António Costa, pues su imagen se ha visto claramente perjudicada por semejante episodio.

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