Miles de alemanes, con casa en Mallorca, presionan para que Merkel abra la frontera
Miembros del Gobierno dicen que las vacaciones serán en Alemania y otros ven posible ir a España
Alemania ha entrado ya en lo que Merkel denomina «normalidad responsable» y las manifestaciones de este fin de semana han visibilizado resistencia a las pocas restricciones que quedan en pie. Entre ellas destaca una que cosecha ya críticas en todos los partidos políticos: el cierre de fronteras. Merkel decretó el pasado 15 de marzo el cierre de los pasos terrestres con Francia, Austria, Suiza, Dinamarca y Luxemburgo, hecho inédito desde la caída del Muro de Berlín, y prácticamente todos los vuelos siguen cancelados, de modo que sólo se puede entrar y salir de Alemania «si hay un motivo válido para viajar», según precisó el ministro de Interior, Horst Seehofer. La restricción no afecta al transporte de mercancías ni a la circulación de capital, pero el tercero de los pilares sobre los que se asienta la UE, la libertad de movimiento de las personas, sigue desde entonces en suspenso y la oposición a esta medida crece incluso dentro del partido de Merkel.
«Después de más de siete semanas, hay que poner fin a las barreras y los controles en el corazón de Europa», clama una carta abierta firmada por doce diputados y eurodiputados de la Unión Cristianodemócrata (CDU). «¡Una prolongación de esta medida significa que hay familias separadas, personas que viajan diariamente a trabajar a otro país impedidas e incluso viajes escolares bloqueados!», se quejan. Entre los promotores de la protesta hay nombres tan reconocidos en el partido como uno de los barones más cercanos a Merkel, Volker Kauder, y el vicepresidente del grupo parlamentario, Andreas Jung. Su principal argumento es que «se están implementando medidas consistentes para combatir la propagación de la pandemia en todas partes» y apelan a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordando que el cierre fronterizo es contrario a la ley euro pea si el resto de las medidas contra el coronavirus ya han sido levantadas. Pero el ministro de Interior, Seehofer, se mantiene en que «el cierre fronterizo ha marcado la diferencia y es parte de nuestro éxito hasta ahora en contener la infección». «No estamos actuando de manera unilateral y nacional sin coordinación», responde el Ministerio de Interior, que confirma que España es uno de los países vetados.
Las consecuencias para el sector turístico español pueden ser muy graves y sobre la pregunta de si se permitirán los viajes a lo largo del verano, el Gobierno alemán emite mensajes contradictorios. Mientras el ministro de Exteriores Heiko Maas insiste en que este año «las vacaciones serán en Alemania» , el delegado del gobierno para Turismo, Thomas Bareiss, se ha mostrado bastante más abierto al declarar a Taggespiegel que «las vacaciones en el extranjero serán posibles pronto» y «yo no descartaría Mallorca».
La resistencia al cerrojazo de fronteras se deja sentir también en los socios socialdemócratas (SPD) de Merkel. El presidente del SPD, Walter Norbert Walter-Borjans, considera las fronteras europeas cerradas como un «símbolo particularmente estresante» e insiste en «buscar una solución europea rápida para el fin de los controles fronterizos». «La recaída en los viejos tiempos con la división de las fronteras debe ser superada lo antes posible. Necesitamos coordinación transfronteriza en Europa», defiende. «Puedo entender la impaciencia de tantas y tantas personas, sobre todo en las zonas fronterizas, donde la vida de los países europeos está muy entrelazada, y creo que las restricciones por el coronavirus solo están justificadas si cuentan con un amplísimo consenso social», admite el ministro de Estado para Europa, el también socialdemócrata Michael Roth, aunque añade un capote: «siempre que la situación sanitaria lo permita».
También el vicepresidente del Partido Liberal (FDP), Wolfgang Kubicki, subraya que «si se aplica la libre circulación dentro de Alemania, la libertad de movimiento europea debe otorgarse por razones legales. Los tratados de la UE obligan a Alemania a garantizar la libertad de movimiento europea. Seehofer también debe sentirse obligado por la situación legal», ha criticado. En cuanto al partido Los Verdes, también están pidiendo la eliminación de los controles. «La política arbitraria de Seehofer debe terminar», declara la portavoz del grupo parlamentario Franziska Brantner. «Necesitamos para ya una hoja de ruta para abrir las fronteras internas europeas. La libre circulación de personas es esencial para la UE y su futuro . Los europeos no son solo trabajadores, sino personas que viven y aman a otros europeos, especialmente en las regiones fronterizas. Es por eso que existe una necesidad urgente de abrir las fronteras». Incluso Merkel, al anunciar la restricción, reconoció el 15 de marzo que «los países de Europa no deberían aislarse unos de otros», y que «los cierres de fronteras no son al respuesta apropiada a este desafío».
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