75 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial
El presidente Steinmeier: «Alemania es un país al que solo se puede amar con el corazón roto»
La celebración del final de la contienda ha tenido que adaptarse a las limitaciones impuestas para frenar la expansión del coronavirus
El Covid-19 ha impedido la celebración de los previstos grandes actos conmemorativos en este 8 de mayo en que se cumplen 75 años de la capitulación del III Reich y el final del nacionalsocialismo. Los miles de jóvenes procedentes de todo el mundo que habían sido invitados por el Gobierno alemán para participar en los actos centrales de Berlín no han podido viajar a la capital alemana. La conmemoración hubo de ser modificada y ha consistido en un solemne acto de recuerdo en el que, respetando la distancia de seguridad, han participado solamente la canciller Merkel, el presidente del Bundestag, Schäuble, y el presidente del Tribunal constitucional, Vosskuhle, que han escuchado en silencio un toque de trompeta y un discurso del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, en el que ha celebrado la «liberación» y ha contextualizado su sentido en la actualidad de la crisis sanitaria y del resurgimiento de movimientos nacionalistas y xenófobos. «Alemania», ha dicho, «es un país al que solo es posible amar con el corazón roto ».
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Ante el impresionante telón de fondo de la Neue Wache, edificio diseñado por el arquitecto alemán Friedrich Schinkel y presidido por un sobrio portal dórico, en cuyo interior la obra de Käthe Kollwitz titulada «Madre con hijo muerto» recuerda «a las víctimas de la guerra y la dictadura», Steinmeier ha tomado la nomenclatura que ya en 1985 estableció el entonces presidente de Alemania, Richard von Weizsäcker, y se ha referido al 8 de mayo como el «aniversario de la liberación». Una liberación « que tuvo que venir desde fuera porque este país estaba sumido en su culpa. Un nuevo comienzo democrático fue posible gracias al perdón. Pero también nosotros tuvimos parte en esa liberación, anunque por nuestra parte fue un proceso mucho más doloroso y largo que ha durado tres generaciones, un proceso de aclaración, de preguntas en el seno de las familias, de lucha contra el olvido». Steinmeier ha insistido en que ese proceso de libración no ha terminado. «No hay final para el recuerdo. No hay redención de nuestra historia», ha afirmado, «la liberación no se ha completado y debemos trabajar en ella todos los días». «Hoy los alemanes tendrían que liberarse de las tentaciones de los nuevos nacionalismos , de la fascinación del autoritarismo, de la desconfianza el aislamiento y la hostilidad entre las naciones, así como del odio y la agitación de la xenofobia y el desprecio por la democracia, porque son viejos espíritus malignos cubiertos solamente de una nueva apariencia», ha dicho, en clara referencia aunque sin citarlo al auge del partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD), que ha coqueteado en ocasiones con la nostalgia del nazismo y que figura hoy como primer partido de la oposición en el Bundestag.
Denuncia al terrorismo
Steinmeier ha tenido palabras expresas de recuerdo para las víctimas de los atentados de extrema derecha de Hanau, Halle y Kassel, que han marcado los últimos tiempos de la política alemana y en los que aparece e nuevo aquella violencia nacionalista que permitió el ascenso del nazismo y derivó después en la II Guerra Mundial, que dejó atrás entre 60 y 70 millones de muertes. También ha recordado a los seis millones de judíos víctimas de la locura racial nacionalsocialista. Pero seguramente la palabra que más ha repetido en su discurso ha sido «agradecimiento».
El presidente de Alemania ha agradecido su esfuerzo a aquella generación que el 8 de mayo de 1945, desde las cenizas de Alemania y desde una actitud de responsabilidad histórica , levantó un país en ruinas a base de esfuerzo y sufrimiento, la misma generación que es hoy la más atacada por el coronavirus. «Si miramos a aquel 8 de mayo de 1945, los alemanes estábamos solos. Militarmente vencidos, políticamente desahuciados y solos porque nos habíamos hecho enemigos de todo el mundo. Hoy, sin embargo, no estamos solos, ese es el mensaje feliz de este acto. Vivimos en una democracia fuerte, en el corazón de una Europa unida, y vemos el fruto de nuestro trabajo conjunto con países del mundo entero».
«No sabemos cómo saldremos de esta crisis sanitaria, pero sí con qué actitud», se ha referido al reto del Covid 19, «una actitud de gran confianza en nuestro país, en nuestra democracia y en lo que podemos conseguir juntos». «El coronavirus nos ha impedido celebrar hoy grandes actos de recuerdo, pero aprovechemos este silencio », ha pedido el presidente alemán en una Avenida Unter den Linden desierta hasta donde alcanzaban a ver sus ojos. «Pido a todos los alemanes que piensen hoy en silencio en las víctimas de la guerra y el nacionalsocialismo, que fomenten ese recuerdo común en las familias y que reflexionen sobre lo que ha significado en sus propias vidas aquella liberación del 8 de mayo de 1945».
«Los alemanes sentimos gratitud por la derrota que puso fin a la II Guerra Mundial», según las palabras de Steinmeier. «Hoy nosotros, los alemanes, podemos decir: ¡El día de la liberación es un día de gratitud! », ha proclamado, instando a la comunidad internacional a proteger «el orden internacional y la paz establecido desde 1945 y aumentar la cooperación, también en la lucha contra la pandemia».