Al menos 21 muertos, entre ellos seis niños, y 38 heridos tras un ataque con misiles rusos a un edificio residencial en Odesa
Entre los heridos hay dos menores graves y una embarazada. El bombardeo se produce horas después del fin de Cumbre de la OTAN
Justo al día siguiente de que las tropas rusas tuvieran que retirarse de la isla de las Serpientes, de importancia capital para la defensa del litoral ucraniano en el mar Negro, la aviación rusa ha querido mostrar que sigue teniendo a tiro a Odessa, el principal puerto todavía bajo control de Kiev. La pasada noche, bombarderos rusos dispararon tres misiles contra Odessa y el poblado de Sergueevka, en las afueras , con un balance provisional de 21civiles muertos, entre ellos seis niños (dos de ellos en estado grave), y 38 heridos, con seis menores también ingresados y dos en estado grave, según datos de la Fiscalía del distrito.
Uno de los cohetes destruyó parcialmente un edificio residencial de nueve pisos, los otros dos alcanzaron sendos centros de vacaciones. Según el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania (GSChS), «cuatro niños y una mujer embarazada se encontraban entre los heridos y ocho personas, incluidos tres niños, fueron rescatadas de debajo de los escombros ».
El mando operativo «Sur» del Ejército ucraniano informó que «como resultado de un ataque nocturno con misiles desde aviones estratégicos Tu-22 sobrevolando el espacio aéreo del mar Negro, tres misiles X-22 - los mismos que fueron utilizados el lunes contra el centro comercial de Kremenchu —impactaron un edificio de apartamentos y dos centros de descanso en el distrito Bélgorod—Dnestrovski de la región de Odessa», señala el informe. El jefe de la oficina de la Presidencia de Ucrania, Andréi Yermak, también se hizo eco del ataque a través de su cuenta de Telegram asegurando que «un país terrorista está matando a nuestra gente».
Se trata del segundo ataque a la región de Odessa en menos de un día . El jueves por la tarde, el jefe de la administración militar regional de Odessa, Maxim Marchenko, dio cuenta de disparos de cohetes en el territorio de la región, pero, según él, «sin víctimas ni destrucción significativa». También el jueves, después de otro intenso bombardeo por parte de las fuerzas ucranianas contra la isla de las Serpientes, que se encuentra a varias decenas de kilómetros de Odessa, las tropas rusas tuvieron que abandonarla. El Ministerio de Defensa ruso, no obstante, lo presentó como un «gesto de buena voluntad».
«Los invasores no pueden ganar en el campo de batalla y recurren a cobardes asesinatos de civiles. Después de que el enemigo fuera expulsado de la isla de las Serpientes, decide bombardear viviendas y centros de descanso como si fueran bases militares», declaró a medios ucranianos Iván Bakánov, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). A su juicio, « el objetivo de la Federación Rusa es la destrucción literal de Ucrania y nuestros ciudadanos».
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, por su parte, salió hoy al paso de las informaciones sobre lo sucedido en Odessa asegurando que «las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa no intervienen contra objetivos civiles». «Quiero recordarles una vez más las palabras del presidente y comandante en jefe de Rusia en cuanto a que el Ejército ruso durante la operación militar especial —en Ucrania— no trabaja sobre objetivos civiles e infraestructuras civiles», manifestó Peskov a los periodistas. Pese a los numerosos testimonios de organizaciones humanitarias y de derechos humanos internacionales, las autoridades rusas continúan negando que los civiles estén siendo víctimas de los ataques del Ejército ruso. Contrariamente a estas evidencias, reconocidas incluso por la ONU, el Kremlin llama a tales informes «falsificaciones y provocaciones».
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