La represalia de un paciente provoca otro tiroteo en EE.UU. que deja cuatro muertos
Biden presiona al Congreso para que apruebe controles al acceso a las armas
Las matanzas con armas de fuego en EE.UU. pueden tener caras muy distintas: un ataque motivado por odio racista, como el de Búfalo (Nueva York) del mes pasado , en el que un joven mató a diez personas en un supermercado de un barrio negro; una personalidad con trastornos de salud mental y de sociabilidad, como ocurrió en la masacre de la escuela de Uvalde (Texas) la semana pasada; incluso una represalia de un paciente a su médico, como ha ocurrido en el último de estos incidentes.
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Fue este miércoles en Tulsa (Oklahoma). Michael Louis se presentó en el hospital St. Francis con la intención de matar al cirujano que le había operado de la espalda dos semanas antes. Haría lo mismo con todo el que se le pusiera en su camino. Louis mató a ese médico, Preston Phillips, a otra doctora, Stephanie Husen, y a dos personas más: Amanda Green, una recepcionista, y William Love, un paciente. Antes de que llegara la policía se quitó la vida de un disparo.
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— Tulsa Police (@TulsaPolice) June 1, 2022
Love había sido intervenido el pasado 19 de mayo y fue dado de alta el 24. En los siguientes días llamó en varias ocasiones al hospital para quejarse por dolores tras la operación y para exigir «tratamiento adicional», según explicó la policía. El cirujano le atendió el martes, pero Louis volvió a llamar con la misma queja al día siguiente. Pasadas unas horas, se presentó en el hospital y perpetró la matanza.
Tres horas antes
La conexión con las otras grandes masacres registradas en EE.UU. es la utilización de armas de fuego adquiridas de forma legal. Los atacantes de Búfalo, Uvalde y Tulsa utilizaron rifles de asalto de estilo militar. Este último había comprado también una pistola el pasado domingo. El rifle lo compró el miércoles a las dos de la tarde, solo tres horas antes de ir al hospital.
Estos episodios –en especial, el de Uvalde, donde murieron 19 niños y sus dos profesoras– han reavivado el debate sobre la necesidad de un mayor control en el acceso a armas.
Joe Biden incluyó este jueves a última hora en su agenda un discurso televisado para presionar al Congreso a que impulse legislación al respecto. Biden ha defendido que un veto temporal a los rifles de asalto en los años noventa –que él mismo impulsó como senador– redujo el número de matanzas y que son necesarias «normas de sentido común», como endurecer la revisión sobre quiénes acceden a armas.
Biden se dirigió al país el mismo día en el que la Cámara de Representantes, con mayoría demócrata, inició la aprobación de una ley con nuevos controles. Su éxito es improbable, ya que el partido de Biden no tiene suficiente peso en el Senado y los republicanos se oponen mayoritariamente a cualquier cortapisa al acceso a armas.