Manfred Weber se postula como sucesor de Jucker a la Comisión Europea
El alemán cuenta con el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel
El líder del Partido Popular Europeo, el alemán Manfred Weber , abrió ayer formalmente la carrera para la designación del próximo presidente de la Comisión Europea, tras las elecciones de la primavera próxima, al proclamarse formalmente como candidato del principal grupo del Parlamento Europeo. Bávaro de 46 años, Weber deberá ganar primero la designación formal por parte del PPE en un congreso que se celebrará en Helsinki este otoño. Es el primer candidato conservador que aspira a dirigir la Comisión Europea sin haber tenido experiencia ejecutiva previa , aunque a cambio puede hacer notar que tiene el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel.
La candidatura de Weber reforzaría también el nuevo proceso de elección del presidente de la Comisión que no todos los dirigentes de los países miembros ven con buenos ojos. Los tratados señalan claramente que el máximo responsable del ejecutivo comunitario es designado por el Consejo Europeo, es decir por los presidentes y jefes de Gobierno, y después debe obtener la ratificación del Parlamento Europeo. Históricamente, los responsables nacionales escogían a uno de ellos y el Parlamento lo aprobaba mal que bien. En la última legislatura en 2014, una feliz confabulación entre el entonces presidente socialista del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y el ex primer ministro conservador de Luxemburgo Jean-Claude Juncker , forzaron a los líderes a aceptar el mecanismo de candidatos de modo que los grupos políticos los presentasen a los votantes en las elecciones al Parlamento Europeo para dotar al cargo de una mayor legitimidad democrática . Se trata de un sistema equivalente al que se utiliza en España para la candidatura a la presidencia del Gobierno con el primer puesto de la lista por Madrid de cada partido.
En el Consejo Europeo los líderes aprobaron una declaración en la que confirmaban el mecanismo de los «candidatos especiales» («spitzenkandidat» en alemán) pero subrayando que no aceptaba que la designación posterior del presidente de la Comisión fuera «automática». El incierto resultado electoral puede llevar, en efecto, a que sean necesarias otras combinaciones , pero los grupos políticos en el Parlamento Europeo han dicho claramente que no aceptarían tampoco que los líderes rechacen al candidato del partido que haya ganado las elecciones y que tenga más eurodiputados.
El presidente que más problemas había planteado a la figura del «spitzenkandidat» ha sido el francés Emmanuel Macron, que mantiene su ambivalencia y todavía no ha dicho a qué familia política se apuntará. Él quería aprovechar el hueco que dejan los eurodiputados británicos para haber instaurado una «lista europea» votada en todos los países y en la que los partidos pondrían a su candidato a la presidencia de la Comisión. Eso no ha sido posible por razones legales y el anuncio de la candidatura de Weber se interpreta como una indicación de que Macron habría renunciado a este puesto, a cambio de obtener entonces el puesto de presidente del Banco Central Europeo (BCE) al final del mandato del italiano Mario Draghi. Se esperaba que este puesto fuera ocupado por un alemán, pero es evidente que con un alemán en la Comisión, Berlin ha de renunciar al BCE.
Hasta ahora se ha hablado de al menos otros dos dirigentes europeos que podrían disputar la candidatura de Weber en el seno del PPE: el negociador europeo para el Brexit , el francés Michel Barnier, y el ex primer ministro finlandés Alex Stubb. Barnier ya lo intentó frente a Juncker hace cinco años pero ahota no se ha pronunciado. En todo caso, algunos eurodiputados españoles no han dejado de apreciar el grado de entusiasmo con el que los eurodiputados franceses del PPE han recibido el anuncio de la candidatura de Weber, cuando en todo caso se supone que habrían preferido a Barnier.
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