May lucha por mantener unido al partido «tory» ante un posible adelanto electoral
Nadie aspira a desplazarla antes de que termine el proceso traumático del Brexit
Con los cuchillos en todo lo alto ha comenzado la Conferencia Anual del Partido Conservador que se celebra en Birmingham estos días. Aunque en los discursos no haya ninguna mención, la guerra interna que sufre la formación «tory» a propósito del Brexit se deja ver en los pasillos del evento y sobre todo en la prensa británica con declaraciones de los propios implicados en esa batalla.
Fue la propia Theresa May quien marcó el paso el domingo en una entrevista con la BBC y, desde entonces, los ataques fratricidas entre conservadores se han dado en los principales medios del país. Ayer era el turno del ministro de Economía, un Phillip Hammond que contestaba a su forma al, cada vez ya más previsible, nuevo ataque de Boris Johnson al plan del Gobierno para el Brexit.
Ante los medios, Hammond atacaba al exalcalde de Londres por carecer de «capacidad para abordar al detalle» la situación y la complejidad del proceso de salida de la UE y aseguraba que no espera que Johnson sea, al menos pronto, el próximo líder conservador o primer ministro, a pesar de la supuesta ambición de este a suceder (lo antes posible) a Theresa May.
El titular de Economía, ya en su discurso en el congreso conservador, explicaba que las negociaciones del brexit eran «las más complejas» que afronta un Gobierno británico en muchos años, pero se mostraba positivo, aunque admitía que este determinará la economía de su país «durante años». Eso sí, trató de tranquilizar a los suyos y a los británicos al asegurar que estos seguirán «bebiendo vino» europeo y continuarán «veraneando en sus playas al igual que los comunitarios no dejarán de hablar inglés».
Un discurso más esperanzador que el que dio el ministro para el Brexit, Dominic Raab, ante la audiencia conservadora. En él, el encargado de negociar con Bruselas el proceso de salida defendía de nuevo el «plan Chequers» y volvía a poner la pelota en el tejado de la UE pidiendo al gobierno europeo actuar con «seriedad» si de verdad quiere llegar a un acuerdo con Reino Unido. En los más de 30 minutos que duró su discurso, Raab amenazó de nuevo en varias ocasiones con el escenario del «no acuerdo » y confirmó que su Ejecutivo está «preparado para un divorcio sin acuerdo» si finalmente las dos partes encuentran imposible llegar a un pacto.
«Estamos preparándonos de forma muy activa», recalcaba el sucesor de David Davis en el cargo y dejaba claro, al igual que Hammond, que no habrá segundo referéndum para el Brexit ya que «esa fue la decisión de los británicos y el Gobierno implementará lo que han decidido» distanciándose así de aquellos que, incluso dentro de su propio partido, están sopesando esta posibilidad como una más para desencallar la situación y revertir el proceso.
El más esperado
Apasionado en el discurso, su lugar lo tomará hoy otro de los que más suenan en las quinielas para suceder a May en un futuro, el ministro del Interior Sajid Javid . Este, partidario de permanecer en la UE ha ido cambiando de opinión a lo largo del proceso y ahora los «brexiter» le reclaman para su bando tras endurecer su postura en los últimos meses.
Un sector al que pertenece el que por ahora ha dejado las declaraciones más explosivas en lo que llevamos de evento. Se trata del ministro de Exteriores británico Jeremy Hunt , cuyas palabras comparando a la UE con la Unión Soviética por la forma que desde Bruselas se está manejando las negociaciones, no han gustado en su partido y han recibido críticas de varios antecesores en el cargo.
Pero sin duda, el momento más esperado de estos días tendrá lugar mañana cuando la primera ministra y líder conservadora, tome la palabra en un discurso en el que se espera otra defensa numantina de una propuesta de Brexit contra la que cada vez más compañeros de filas se están posicionando. Por ahora, y como están demostrando en esta conferencia anual tory (al menos en público), los grandes defensores y baluartes de una Theresa May que cumplía 62 años ayer, son, quién iba a decirlo, sus propios ministros.
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