Londres se prepara para ir a las europeas el 23 de mayo

Bruselas quiere atraer a Londres a una extensión larga para evitar el desastre

REUTERS

Iván Alonso

Día clave hoy para Theresa May, que busca en un nuevo viaje por Europa convencer a Emmanuel Macron y Angela Merkel para que sean flexibles con su petición de una nueva prórroga corta para el Brexit. La primera ministra británica sabe que desde Bruselas no quieren correr riesgos y podrían exigir, en la cumbre especial que se celebrará mañana, una extensión duradera en el tiempo con una clausula que permita a Reino Unido salirse del club comunitario cuando consiga aprobar un acuerdo en el Parlamento británico.

Este escenario sería un gran problema para la «premier», que no consigue avanzar en sus negociaciones con los laboristas, porque nadie en su partido quiere tener que participar en las elecciones europeas de mayo (de hecho, más de 170 diputados conservadores han escrito a su jefa mostrando su frontal oposición a una posible participación en esos comicios). Algo que parece muy probable ya y, como la propia May ha confirmado, para lo que el Gobierno se está preparando.

Un documento del Ejecutivo, entregado en el Parlamento, establece la fecha del 23 de mayo para la celebración de las elecciones al Parlamento Europeo en el Reino Unido, aunque no tendrían lugar si antes se ha aprobado el Brexit.

Atascados con los laboristas

La líder conservadora buscará en sus viajes a París y Berlín convencer a sus dos homólogos de que su plan, una prórroga hasta el 30 de junio, es el único que el Parlamento podría considerar válido para dar tiempo a su Ejecutivo a consensuar un plan conjunto con los laboristas.

Sin embargo, el presidente francés ya se mostró en el pasado reacio a conceder otra extensión corta a Reino Unido sin que la «premier» aportara una propuesta alternativa. Merkel, por su parte, ha sido más comprensiva siempre con el Gobierno de May. La primera ministra británica mantuvo ayer conversaciones telefónicas con varios líderes europeos, entre ellos el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para preparar esa nueva cumbre europea en la que se decidirá de nuevo si volver a conceder otro margen de tiempo a Gran Bretaña o si por el contrario el día 12 de abril el país debe salir sin acuerdo del club comunitario.

Lo que parece claro es que las negociaciones entre el Ejecutivo y el Partido Laborista continúan en punto muerto y desde las filas lideradas por Jeremy Corbyn esperan que sea May quien mueva ficha y aporte esos «avances» que desbloqueen la situación. Ayer el responsable del Brexit del principal partido de la oposición, Keir Starmer, aseguraba que «la pelota está ahora en el tejado del Gobierno». El Portavoz laborista ha sido muy crítico en las últimas horas ya que considera que la «premier» no da su brazo a torcer y no es capaz de «abandonar sus líneas rojas» y abrirse a introducir cambios. «Estamos esperando a ver qué pone sobre la mesa el Gobierno. Tenemos que ver qué proponen, y cuando lo hagan, tomaremos una posición colectiva sobre ello», señaló.

Unión aduanera

Las reuniones entre ambas partes continuaron ayer y hoy será tiempo para que el diálogo continúe, esta vez según Downing Street, entre diferentes ministros del Gobierno y sus homólogos laboristas para tratar de avanzar en esas negociaciones. Ayer el titular de Exteriores británico, Jeremy Hunt, aseguró en Luxemburgo que la «premier» no va a dejar «piedra sin remover» para resolver el Brexit.

Mientras, May reunía ayer a su gabinete para tratar de consensuar una posición común y volver a discutir sobre en que está dispuesto a ceder el Ejecutivo. Sobre la mesa las dos principales cuestiones que dividen a los «tories» y al Gobierno: la de aceptar una unión aduanera común con la UE y la de permitir un segundo referéndumen la que sean los ciudadanos quienes den el visto bueno definitivo al plan que acuerden con la oposición.

Lidia a su vez la «premier» con críticas a diario por parte de los «tories». Ayer le tocó el turno a uno de los principales candidatos a sucederla en el cargo, el ex ministro de Exteriores Boris Johnson . Este, advirtió de que sus compañeros de partido no aceptaran que May se «rinda» ante Corbyn.

La otra reunión importante que tuvo lugar ayer fue la del negociador jefe de la UE Michel Barnier con el primer ministro irlandés Leo Varadkar. Barnier viajó a Dublín, donde volvió a reafirmar que la salvaguarda de la frontera irlandesa es la «única solución» para evitar una frontera dura entre el Ulster e Irlanda . El negociador jefe europeo instaba también a que May y Corbyn lleguen a un acuerdo en torno a esa unión aduanera común con la UE. Barnier confirmaba de paso que, la Declaración Política acordada, la que delimita la relación futura de Londres con Bruselas, aún se puede modificar sin problemas.

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