El laberíntico sistema de recuento de votos en Bolivia que propició el pucherazo
El sistema oficial debería haber dado el 100 por cien del resultado el mismo día o al siguiente

El sistema de recuento de votos en Bolivia se convirtió estos días en un galimatías para muchos bolivianos. José Ormachea , candidato a diputado de Comunidad Ciudadana, el partido que se define como, «una institución para la democracia», explica los diferentes mecanismo de «conteo» utilizados en las elecciones del domingo pasado.
«Existían tres tipos –resume-. El primero, era el rápido o boca de urna. ViaCiencia, una empresa de dudoso prestigio fundada hace unos meses y que nunca había hecho encuestas en Bolivia, fue la única a la que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) autorizó a realizarlo. A las siete de la noche del domingo difundieron sus datos y anticiparon una segunda vuelta». A su vez, recuerda Ormachea, «la Universidad Mayor de San Andrés, se saltó la prohibición de realizar el sondeo». La manera de esquivar la orden fue difundir sus resultados en el circuito cerrado de televisión de la Universidad. «Su resultado –añade– también pronosticaba una segunda vuelta».
Pero el problema no se produjo con el pie de urna, que no deja de ser una encuesta, sino con el segundo mecanismo de medición. «El sistema TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares ) que es otra cosa. Cada miembro del jurado o presidente de mesa toma una foto de las actas y la envía a la nube del TREP. Con este mecanismo, el sistema, que es oficial, debería haber dado el 100 por cien del resultado el mismo día o al siguiente pero –se lamenta– aún no lo tenemos». El recuento del TREP, «es el que el Tribunal Supremo suspenden 24 horas, y al reanudarse –hay un un salto al vacío no registrado del 84 por ciento de las papeletas al 95 por ciento. Se pasa de una segunda vuelta segura a un cambio de tendencia que da, inexplicablemente, ganador en primera vuelta a Evo Morales. Esta irregularidad es la que denuncia la OEA (que a su vez tenía sus propios datos)», explica Ormachea.
El tercer recuento, también oficial es el definitivo, «el consolidado», el de toda la vida, de papeleta a papeleta y donde, como parecía ayer a última hora, podría corregirse el pucherazo y confirmar la segunda vuelta. En cualquier caso, todo el proceso ha quedado bajo sospecha. Las denuncias particulares se suceden y las de los partidos también. «Vimos –recuerda José Ormachea– gente acarreando votos en los centros de cómputos en todo el país. En el barrio de Miraflores (La Paz) dos sujetos arrojaron ánforas con votos al piso y se dieron a la fuga al ser descubiertos. Los votos, claro, eran para el MAS», observa antes de celebrar que le tecnología permite, «filmar todo con los celulares».
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