Johnson anuncia un plan unilateral para modificar el protocolo de Irlanda del Norte
El Gobierno británico busca presionar a la Unión Europea para obtener una renegociación y calmar a los unionistas de para que desbloqueen las instituciones regionales
«El protocolo de Irlanda del Norte no tiene el apoyo necesario en una parte de la comunidad de Irlanda del Norte ». Con este, entre otros argumentos, la ministra británica de Exteriores, Liz Truss, presentó este martes en la Cámara de los Comunes los planes del Gobierno de Boris Johnson para modificar, de forma unilateral, el protocolo de Irlanda del Norte , una decisión que amenaza con tensar aún más, si cabe, la relación con Bruselas. De hecho, el vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, advirtió que el bloque comunitario podría tomar represalias por una medida que consideró preocupante.
En un intento por rebajar la tensión, pero a sabiendas de que se viene otra temporada movida por causa del Brexit, Truss manifestó que «nuestra preferencia sigue siendo una solución negociada con la UE, y de forma paralela a la legislación que se introduzca, seguimos abiertos a nuevas conversaciones» para ver si es posible « alcanzar el mismo resultado mediante un acuerdo negociado », aseveró la ministra, que explicó a los parlamentarios que el proyecto de ley «establecerá las medidas necesarias para disminuir la carga» sobre las relaciones comerciales de este pequeña nación con Gran Bretaña, la más perjudicada tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea. De hecho, el protocolo es una parte especial del acuerdo del Brexit necesario para que los acuerdos de paz sean respetados en la isla al no imponerse una frontera dura entre las dos Irlandas.
Truss afirmó en su alocución que «nuestra primera prioridad es defender el Acuerdo de Viernes Santo de Belfast en todas sus dimensiones» y detalló que este es precisamente el que ha permitido «gran parte del progreso que hemos visto en Irlanda del Norte». «Sin embargo, el Acuerdo de Viernes Santo de Belfast está bajo presión», advirtió, «y lamentablemente, el Ejecutivo de Irlanda del Norte no ha estado funcionando plenamente desde principios de febrero. Esto se debe a que el Protocolo de Irlanda del Norte no cuenta con el apoyo necesario en una parte de la comunidad de Irlanda del Norte». Truss hacía así referencia a los unionistas del DUP, que se niegan a formar gobierno con el Sinn Féin, que ganó las últimas elecciones y con quien tiene que compartir gobierno según el mandato de los acuerdos de paz.
Una adaptación
El anuncio de Truss, que puntualizó que «todos los partidos políticos de Irlanda del Norte están de acuerdo en la necesidad de cambios en el Protocolo», llega un día después de que el primer ministro Boris Johnson viajara a Belfast a reunirse con las más importantes formaciones políticas en un intento por encontrar una solución al que se ha convertido en el mayor problema tras el Brexit, cuyo referéndum cumplirá el próximo mes ya seis años de haberse celebrado. Para la ministra de Exteriores, «no podremos restablecer el Ejecutivo y preservar el progreso logrado con tanto esfuerzo sostenido por el Acuerdo de Viernes Santo de Belfast» si no se resuelven los problemas asociados al protocolo y que van desde los procedimientos aduaneros y la carga impositiva para los ciudadanos, hasta las normas sanitarias y fitosanitarias. «Por eso estoy anunciando nuestra intención de introducir una legislación en las próximas semanas para hacer cambios al Protocolo », anunció.
Al igual que ya lo hizo Johnson, Truss insistió en que «no se trata de desechar el Protocolo» sino que «nuestro objetivo es cumplir» con sus objetivos, y detalló algunas características de esta modificación: «El proyecto de ley garantizará que los bienes que se mueven y permanecen dentro del Reino Unido estén libres de burocracia innecesaria a través de nuestro nuevo 'canal verde'. Esto respeta el lugar de Irlanda del Norte en el territorio aduanero del Reino Unido y protege el mercado interno del Reino Unido», pero «al mismo tiempo, garantiza que las mercancías destinadas a la UE se sometan a las comprobaciones y controles completos que se aplican en virtud de la legislación de la UE».
La respuesta del otro lado del Canal no se hizo esperar. El vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, emitió inmediatamente un comunicado advirtiendo de que la UE «responderá con todas las medidas a su disposición» si «el Reino Unido decide seguir adelante con un proyecto de ley que deshabilite los elementos constitutivos del protocolo», y remarcó que la relación entre Londres y Bruselas «debe basarse en el pleno respeto de los compromisos jurídicamente vinculantes que las dos partes han hecho entre sí».
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