Hong Kong aprovecha el coronavirus para cortar las protestas contra China

La vigilia convocada por el 31 aniversario de la matanza de Tiananmen ha sido prohibida

Varias personas encienden una vela en honor a las víctimas de la masacre de Tiananmen Reuters
Pablo M. Díez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hoy se cumplen 31 años de la matanza de Tiananmen. En aquella también convulsa primavera de 1989, los tanques del Ejército chino aplastaron las protestas reclamando libertad que llevaban un mes y medio ocupando esta céntrica plaza de Pekín. Por primera vez en estos 31 años, esta noche no se podrá celebrar la tradicional vigilia por sus víctimas en Hong Kong, la única ciudad de China donde hasta ahora se permitía conmemorar la efeméride.

Argumentando las normas de distancia social que siguen vigentes por el coronavirus, que ha dejado 1.094 contagiados y cuatro fallecidos , la Policía ha prohibido el homenaje que, como todos los años, se iba a llevar a cabo en el parque Victoria. Aunque en esta ocasión no es un aniversario redondo, como el que congregó el año pasado a más de 180.000 personas, se esperaba una asistencia multitudinaria por la agitación política que vive la excolonia británica contra el autoritario régimen de Pekín. Levantada desde junio del año pasado contra la ya retirada ley de extradición a China, las protestas se han reactivado en las últimas semanas por dos nuevas normativas muy controvertidas.

La primera es la Ley de Seguridad Nacional que, aprobada el mes pasado por la Asamblea Nacional china, el régimen impondrá este verano en la mini-Constitución de la ciudad sin pasar por su Parlamento local. Una medida que buena parte de la sociedad hongkonesa y de la comunidad internacional consideran una violación del principio «un país, dos sistemas» que, en teoría, concede a la ciudad más libertad y autonomía que al resto de China. Los activistas y líderes de la oposición demócrata de Hong Kong temen que, cuando dicha normativa entre en vigor, ya no se puedan celebrar nunca más las vigilias de Tiananmen.

La segunda es una ley de respeto al himno nacional de China, que prevé penas de hasta tres años de cárcel y multas de 50.000 dólares de Hong Kong (5.800 euros) para acabar con los cada vez más frecuentes silbidos y pitidos en los encuentros deportivos. Debatida en el Consejo Legislativo (Legco), esta ley ya desató la semana pasada violentas protestas callejeras que dejaron casi 400 detenidos.

La cifra de fallecidos, un misterio

Para controlar posibles incidentes, la Policía ha desplegado 2.000 agentes antidisturbios y sus dos cañones de agua en la isla de Hong Kong y otros mil en la península de Kowloon. Además de impedir protestas como las de la semana pasada, su objetivo es vigilar los actos en recuerdo de la masacre de Tiananmen. A pesar de la prohibición de celebrar la vigilia en el parque Victoria, sus organizadores han llamado a acudir con velas en grupos de ocho , el número máximo autorizado por las restricciones contra el coronavirus. Junto a dicha cita, prevista para las ocho de la tarde (dos de la tarde, hora peninsular española), tendrán lugar por toda la ciudad otros actos en los que se guardará un minuto de silencio y se prenderán velas por las víctimas de Tiananmen. Más de tres décadas después, la cifra de fallecidos sigue siendo un misterio que oscila entre los 200 reconocidos en su día por el Gobierno hasta los 2.000 que anunciaron algunas agencias internacionales.

En previsión de la que la asistencia a las vigilias se vea mermada, la Alianza en Apoyo de los Movimientos Democráticos y Patrióticos de China, organizadora del evento, ha apelado al público a subir a las redes sociales una foto con la etiqueta #6431. Con el lenguaje de internet, así se hace referencia al 31º aniversario del «liu si (6-4)», como se dice en mandarín la fecha del cuatro de junio.

«El presidente Xi Jinping ha reforzado la impunidad que ha protegido a los líderes chinos desde antes de 1989 y ha habido represiones de protestas al estilo de Tiananmen en el Tíbet, Xinjiang y ahora en Hong Kong», denuncia en un comunicado Renee Xia, director de la ONG Defensores Chinos de los Derechos Humanos. Por su parte, la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, que estaba ayer de visita en Pekín, volvió a defender la necesidad de la ley de seguridad nacional «por los acontecimientos que hemos visto en la ciudad, como la petición de independencia e incluso la violencia rayando en actividades terrorista». Aunque limitada y vigilada, la de este año podría ser la última vigilia de Tiananmen.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación