Grecia confirma que se completará la valla metálica en la frontera con Turquía
Estas declaraciones han sido la contestación al Gobierno turco, que afirmó recientemente que la línea fronteriza ha cambiado significativamente debido a factores naturales y provocados por el hombre
El Ministro de Asuntos Exteriores Nikos Dendias ha confirmado enérgicamente que no cambian las fronteras y se completará dentro de pocos días la valla metálica que se encuentra en la frontera norte del país con Turquía, en la zona conocida como Evros por el río que recorre la zona. Estas declaraciones han sido la contestación al Gobierno turco, que afirmó recientemente que la línea fronteriza ha cambiado significativamente debido a factores naturales y provocados por el hombre.
Dendias ha contestado que «no existe controversia alguna sobre las fronteras» y que aunque cambie el curso del rio Evros, «no cambian las fronteras trazadas por el Tratado de Lausanne y el Protocolo de 1926 ». Y ha dejado claro que se completará la valla metálica que divide a los dos países. Ya existe una parte de casi 13 kilómetros, edificada entre 2011 y 2012 entre los pueblitos de Neas Visas y Kastaniés, pero ahora se extenderá otros 30 kilómetros y será instalada por la Policía Griega (ELAS). Se trata de una medida para impedir la entrada ilegal de inmigrantes y refugiados (o supuestos refugiados) que, según Grecia, son presionados durante estos últimos meses para entrar en el país por el régimen de Erdogan.
Hasta ahora las importantes fuerzas policiales y del ejército heleno que se encuentran en la zona han conseguido, con el apoyo de Frontex, que no consigan entrar de forma ilegal personas provenientes de Turquía.
Una valla conflictiva
La construcción de la nueva valla se completará en tres meses , según informaciones de los medios griegos y tras muchas visitas, los expertos del Ministerio de Defensa han identificado cuáles son los lugares mas vulnerables de su recorrido. Y se espera que su coste supere los diez millones de euros , de los que una parte provendría de la Unión Europea.
Durante la construcción de la valla existente, que costó 4.800.000 euros, la UE no participó en su financiación al considerar que la valla era una medida «que por sí sola no es la respuesta al problema de la migración ilegal». Muchas ONGs y partidos de la izquierda griega se habían mostrado contrarios a esta valla disuasoria y al conocerse su ampliación, han vuelto las protestas al respecto.
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