Franklin D. Roosevelt: del crack del 29 al liderazgo mundial
Presidente de EE.UU. (1033-1945) y uno de los líderes que logró la victoria en la Segunda Guerra Mundial
Solo la figura sonriente de Roosevelt , su cigarrillo en una larga boquilla y sus gafas redondas fueron capaces de despertar entusiasmo en los americanos tras la pesadilla de la Gran Depresión del 29, de los millones de parados y de las escenas del bombardeo de Pearl Harbor .
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Estudió derecho en la Universidad de Columbia, pero dedicó toda su vida a la política. Dentro del partido demócrata era visto como un hombre inteligente, con gran personalidad y fuerza moral, pero su carrera política se vio truncada cuando en 1921, enfermó de poliomielitis. Esta enfermedad le paralizó de cintura para abajo, pero no le mermó en su intento de llegar a la presidencia y batir el récord histórico en EE.UU. de permanecer tres mandatos consecutivos en la Casa Blanca . Había comenzado su cuarto mandato cuando le sorprendió la muerte en su despacho el 12 de abril de 1945, por una hemorragia cerebral.
Cuando en 1932 se presentó como candidato del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales norteamericanas arrolló a su adversario, el presidente Herbert Hoover. En aquel momento, Estados Unidos contaba con unos quince millones de parados y la bancarrota de Wall Street había sumergido en un caos a la economía estadounidense. Fue entonces cuando Roosevelt llevó a cabo la revolución del «New Deal » económico y social, con el que estimuló el sector público al crear millones de puestos de trabajo para construir escuelas, carreteras y mejorar las artes y la educación. Este intervencionismo público y la propia popularidad del presidente le hicieron acumular gran poder, pero no consiguió relanzar la economía americana hasta que la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) puso en marcha el rearme del país.
La tradicional neutralidad de Norteamérica en conflictos internacionales impidió que Roosevelt contribuyera a la posible emigración de judíos hacia América. Sin embargo, esa neutralidad no duró. El ataque contra Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, empujó de manera inexorable a Estados Unidos a entrar en la contienda mundial. Para la historia quedó la frase que Roosevelt pronunció ante el Congreso: «Este día vivirá en la infamia» , cuando declaró la guerra a Japón. Entre las medidas decretadas por el presidente se encontraba la persecución de los japoneses que vivían en EE.UU. El apoyo de las fuerzas estadounidenses a los aliados inclinaron de manera definitiva la balanza para que estos ganaran la guerra.
El 11 de febrero de 1945, Churchill , Stalin y Roosevelt se reunieron en Yalta para negociar el reparto del mundo en «zonas de influencia» entre las grandes potencias. Con el deseo de crear un entendimiento entre aliados, promovió la creación de Naciones Unidas.