Francia evita una cumbre bilateral con España por culpa del Gobierno de Sánchez

Las relaciones diplomáticas han sido víctimas de la interinidad española

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Las relaciones diplomáticas entre la Francia de Emmanuel Macron y la España de Pedro Sánchez han sido víctimas de la prolongada «interinidad» del Gobierno español y de una aparente ausencia inmediata de objetivos comunes en la escena europea e internacional.

«Los tradicionales seminarios y cumbres bilaterales están paralizados, desde hace más de un año, por una razón muy simple: no sabíamos qué se podía hablar, con quién», comenta a ABC una fuente diplomática francesa, que prefiere guardar el anonimato «para no complicar innecesariamente el futuro».

Como es tradicional, tras cada cambio de gobierno, en Madrid o en París, la primera visita de Pedro Sánchez, tras ser nombrado «presidente en funciones», el mes de junio del 2018, fue al Elíseo, donde fue recibido con el respeto debido al representante de un vecino y aliado importante.

Fabrice Pothier, investigador asociado en el International Institute of Strategic Studies (IISS), subraya de este modo la ambigüedad de aquel primer encuentro: « A Sánchez le interesaba apoyar a Macron en la reforma de la zona euro. Apoyándose en los socialistas españoles, Macron se enfrentaba a un dilema complicado».

Durante el segundo semestre de 2018 y todo el 2019, la «interinidad» gubernamental de Sánchez y sus alianzas políticas terminaron complicando el diálogo al más alto nivel.

Culminando muchos años de cooperación antiterrorista, finalmente feliz, con gobiernos de distinta sensibilidad política, el Ejecutivo de Macron entregó al de Sanchez unos 8.000 documentos relacionados con ETA, el pasado mes de diciembre, en Madrid. El presidente francés «declinó» la invitación del presidente del Gobierno español, para visitar oficialmente España, en aquella ocasión, y prefirió enviar a su primer ministro, Édouard Philippe, para entrevistarse con Sánchez.

Aliado de Mélenchon

Siendo la diplomacia un «territorio reservado» para el presidente de la República, en Francia, Macron evitaba el «riesgo» de tropezarse, en Madrid, con unos aliados de Sánchez que están en los antípodas de la política gubernamental francesa.

Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno español, es un aliado histórico de Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema izquierda populista francesa, un personaje que apoya las «ejecuciones» simbólicas (en la guillotina, en una pica «revolucionaria») de Emmanuel Macron, calificado de «monarca autoritario».

Ante la evolución gubernamental española, de lo «interino» a la coalición de izquierdas, con aliados próximos a la extrema izquierda francesa, agresivamente hostil a la Unión Europea (UE), Emmanuel Macron, en París, y Angela Merkel, en Berlín, han preferido una alianza táctica con el Polonia conservadora de Mateusz Morawiecki.

Una fuente diplomática francesa ironiza sobre las «tribulaciones» de los últimos días:

«Cuando la ministra española de Asuntos Exteriores, dice, en inglés, directamente, “ Spain is back, Spain is here to stay ”, “España está aquí, y ha venido para quedarse”, anunciando que “descarta” unirse al eje francoalemán, porque prefiere apostar por otras alianzas a geometría variable, nadie entiende, en el Elíseo, de qué está hablando».

Las nuevas iniciativas estratégicas del presidente Macron, afirmando que el arma nuclear francesa está al servicio de los intereses vitales de Francia, «que tienen una dimensión europea», vuelven a plantear otro problema de inmenso calado: ¿pueden participar Sánchez y algunos de sus aliados en el proyecto macroniano de refundación de la seguridad europea?

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