El fiscal general de EE.UU. señala a Disney y Hollywood por «arrodillarse» ante China

Barr criticó a los líderes corporativos a quienes acusó de incitar los objetivos hegemónicos de China, particularmente en la industria del cine

La entrada al parque de atracciones Walt Disney World en Florida AFP

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EE.UU. está inmerso en una escalada de tensiones con China en la que la Administración Trump no quiere que el sector privado quede ajeno. El fiscal general, William Barr, exigió ayer a los gigantes empresariales del país que no se «postren» ante la presión que les somete Pekín para hacer negocio en el gigante asiático a cambio de dar un trato favorable al régimen comunista.

El fiscal general aseguró que China está dedicada a «una guerra relámpago económica», que incluye la apropiación de propiedad intelectual de EE.UU. con la que está «robando el futuro» a la próxima generación de estadounidenses y que, para las empresas, una competencia libra y justa con China es «una fantasía».

Barr aseguró que el Partido Comunista de China -cada vez la Administración Trump se refiere más a los órganos de la dictadura comunista que al país- está redoblando sus esfuerzos para «coercer» a los ejecutivos de las grandes compañías para que favorezcan la agenda política de China con presiones a los legisladores estadounidenses.

«Esconderse detrás de voces estadounidenses permite que el Gobierno de China aumente su influencia y ponga una ‘cara amiga’ en políticas a favor de su régimen », dijo Barr, que advirtió a los ejecutivos de las compañías que, si eso ocurre, podrían verse implicados legalmente por actuar como ‘lobbistas’ para un régimen extranjero.

Disney y Hollywood

Barr, que hizo estas advertencias en un discurso en el Museo Presidencial Gerald R. Ford, citó algunos ejemplos de empresas y de sectores que hincan la rodilla ante China para operar en su país. En especial, tecnológicas y Hollywood, que permiten que les censuren para contentar a las autoridades chinas.

«Apple eliminó hace poco su aplicación de noticias Quartz de su tienda online en China, después de que el Gobierno chino se quejara de la cobertura de las protestas democráticas en Hong Kong», dijo Barr, que también criticó la retirada de redes privadas virtuales que utilizaban los activistas o de canciones pro-democráticas.

El fiscal general también citó a Disney, después de que el gigante del entretenimiento permitirá que las autoridades chinas le obligaran a tener a cargos del partido comunista en la gestión del parque de atracciones Shanghai Disney . «Walt Disney estaría descorazonado hoy al ver cómo la compañía que fundó hace tratos con dictadores extranjeros», aseguró.

Barr también criticó a otras grandes productoras de Hollywood , que permiten que sus políticas tengan escenas censuradas para poder participar en los cines de China, el segundo mayor mercado del mundo, cada vez más cerca del de EE.UU.

«Saquear a EE.UU.»

Además, el fiscal general les advirtió que esos negocios solo ofrecen recompensas «a corto plazo» y que en el futuro las víctimas no solo serán las compañías, sino los propios ejecutivos que acuerdan esos tratos. «La ambición última de los líderes de China no es comerciar con EE.UU. Es saquear EE.UU.», aseguró. «Si eres un líder empresaria de EE.UU., tranquilizar a China puede darte recompensas a corto plazo. Pero, al final, el objetivo de China es reemplazarte».

Barr reconoció que su discurso forma parte de los esfuerzos de la Administración Trump por conseguir que «el pueblo estadounidense revalúe su relación con China mientras esta sigue bajo el dominio del Partido Comunista».

Las advertencias al sector empresarial llegan en un momento en el que se acumulan las acciones contra el régimen comunista. En las últimas semanas, EE.UU. aprobado leyes punitivas contra ejecutivos y compañías chinas relacionadas con la ley seguridad impuesta a Hong Kong, ha eliminado el tratamiento preferencial a este territorio autónomo, ha aprobado sanciones a altos cargos chinos por los abusos contra minorías como la uigur, ha determinado como «ilegales» las ambiciones territoriales de China en el Mar del Sur y ha restringido el acceso a visados a ciudadanos chinos, desde estudiantes relacionado con el ejército a ejecutivos de tecnológicas como Huawei.

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