Los expertos advierten a Italia: «No es suficiente guardar un metro de distancia en lugares cerrados y zonas de riesgo»

Ante la apertura total de país, los científicos temen un repunte si no se respetan las reglas contra la difusión del coronavirus

EFE

Ángel Gómez Fuentes

Este lunes se reabre prácticamente todo en Italia, pero los expertos advierten que se impone la prudenci a. Con el reinicio de todas las actividades al mismo tiempo, los expertos reconocen que existe un claro riesgo de que vuelva en breve una segunda ola de la epidemia si no se respetan las reglas, lo que obligaría al gobierno a imponer nuevas restricciones, según ha reconocido el primer ministro, Giuseppe Conte, que en la noche del sábado se dirigió a los italianos pidiéndoles responsabilidad. «C ualquier reducción de las medidas debe ir de la mano con el aumento de la responsabilida d de los ciudadanos y la conciencia del riesgo. El aumento de los contagios sería peligroso, ya que generaría una sensación de desesperación, impotencia e incluso desconfianza en el sistema», advierte el profesor Giuseppe Ippolito, director científico del hospital Spallanzani de Roma y miembro del comité técnico científico que asesora al gobierno.

Por fin, entre las libertades que retoman los ciudadanos, será posible visitar a los amigos, aunque la cautela es obligada , según el célebre virólogo Roberto Burioni, quien cuenta en Twiter la experiencia del médico, Milad Sharif, anestesista en la Emory Universidad de Atlanta, poniendo en guardia sobre lo que puede suceder si no se respetan las reglas del distanciamiento social : «Un pequeño grupo de mis amigos se ha reunido para comer hace diez días, ahora uno se encuentra en respiración asistida, otro ingresado en hospital, otros 5 infectados en aislamiento en casa. Se puede ser asintomático y tener Covid-19», subraya el médico americano recordando el papel de los asintomáticos en la difusión del contagio y la importancia de mantener las medidas de distanciamiento de seguridad.

Para ofrecer la mayores garantías de seguridad, el Servicio de Inspección y Seguridad (INAIL) recomendó que la distancia social en los restaurantes y bares debía de ser de dos metros entre las mesas, 4 metros cuadrados para cada persona . La regla fue asumida por el gobierno, pero a última hora ha cambiado ante la protesta generalizada de los propietarios de bares y restaurantes. La mitad del sector anunció que no abriría el lunes, porque no les sería rentable ni era posible cumplir la normativa. Al final el gobierno Conte aceptó reducir la distancia a un metro. Se calcula que aun así habrá alrededor de un 40 por 100 de bares y restaurantes que no reabrirán.

Dos metros de distancia para estar tranquilos

Los expertos destacan que la distancia de un metro entre las personas es lo mínimo para evitar la transmisión del virus. Los riesgos son bajos en las actividades al aire libre, pero se debe mantener la cautela en lugares cerrados y sobre todo en regiones con riesgo, explica el virólogo Carlo Federico Perno, de la universidad de Milán: «En Lombardía, en interiores, la distancia de un metro entre las mesas no es suficiente para estar tranquilo. Se necesitan dos metros. Sin embargo, al aire libre, el riesgo de transmisión es mucho menor. Allí, un metro es más que razonable», manifiesta el profesor Perno a La Repubblica.

Por su parte, el epidemiólogo de la universidad de Pisa, Pier Luigi Lopalco, consultor de la región de Apulia para el coronavirus, confiesa que probablemente volverá al restaurante en Bari (Apulia), donde la situación de la epidemia está bajo control, pero asegura que lo haría con cautela: «Solo al aire libre, con una o dos personas como máximo, quizás colegas, al final de una jornada laboral». Una completa explicación la da al Corriere el profesor Franco Locatelli, presidente del Consejo Superior de Sanidad y miembro del comité científico que asesora al gobierno:

«La distancia mínima debe ser un metro. Partimos de la idea de que las probabilidades de contagio dependen de las cantidades de partículas de virus emitidas con las gotitas que expulsamos y de la duración de la exposición. En un lugar cerrado, incluso si es grande, en ausencia de distanciamiento, la probabilidad de contagio depende de cuántas son las gotitas, las que de hecho salen de la nariz y la boca. Si respiramos, la cantidad es limitada, aumentan si hablamos en voz baja, es mayor si lo hacemos en voz alta y todavía más cantando. La distancia debe ser modificada de acuerdo con las actividades. Está claro que en un gimnasio los que corren en la cinta, bajo estrés, respirando con la boca abierta son más peligrosos que los que hacen yoga».

Muy pocas certezas

Todos los expertos coinciden en la necesidad de la prudencia. Cada vez más los científicos evitan la especulación, reconociendo que son pocas las certezas, como asegura el profesor Giuseppe Ippolito, epidemiólogo, director científico del hospital Spallanzani de Roma: «Hemos entendido muy poco todavía. Todos los días, los nuevos conocimientos desmienten nuestras certezas de poco tiempo antes. Se necesita mucha humildad en esta fase: hay que admitir que hay cosas que no sabemos y cosas de las que parecemos estar seguros que serán desmentidas mañana por los hechos», explica el profesor Ippolito a Repubblica.

En consecuencia, no se atreve a hacer pronósticos sobre la nueva fase que este lunes se inicia en Italia: «Los que hacen predicciones en este momento tienen una buena bola de crista l. Yo no la tengo. Los datos sobre la circulación del virus deben analizarse bien para interceptar cualquier nuevo brote. Es obvio que la reapertura aumenta los riesgos, pero contamos con el hecho de que serán respetadas las reglas».

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