Una enmienda laborista abre la puerta a un segundo referéndum

Al rival político de May se le achacaba entre las filas de su partido la ambigüedad que ha tenido durante todo el proceso del Brexit

El líder de la oposición británica, Jeremy Corbyn EFE

Iván Alonso

Mientras Theresa May continúa tratando de recabar apoyo entre los rebeldes «tories» y su socio de Gobierno para tratar de buscar una solución al encallamiento del Brexit, los laboristas se desmarcaban ayer con una jugada que pocos esperaban . El principal partido de la oposición presentaba una enmienda, que, si el presidente de la Cámara de los Comunes acepta, se votará el próximo lunes y que pide valorar la idea de un segundo referéndum.

La enmienda, que busca impedir la salida abrupta de Reino Unido de la UE, solicita también el apoyo a un plan alternativo al de la primera ministra británica y que tendría dos pilares básicos : permanecer en la unión aduanera y una relación muy cercana con Bruselas con el mayor acceso posible al mercado único. Una propuesta que eliminaría el principal escollo de todo el proceso, el de la «salvaguarda de la frontera irlandesa», que ya no sería necesaria al quedar alineado Reino Unido con las normas europeas.

Pero la más sorprendente es la parte que incluye la propuesta de «legislar para convocar una consulta popular sobre un acuerdo o proposición apoyada por la mayoría de la Cámara de los Comunes », o lo que es lo mismo «un voto popular». Algo que el Gobierno británico ha descartado en diversas ocasiones (May aseguró el lunes que «dañaría la cohesión social y socavaría la democracia del país») e idea que, sorprende, porque el propio líder laborista Jeremy Corbyn no la compartía hasta ayer mismo.

Al rival político de May se le achacaba entre las filas de su partido la ambigüedad que ha tenido durante todo el proceso del Brexit. Sobre todo, las respuestas tibias que daba cuando le cuestionaban sobre si apoyaba o no devolver la decisión al pueblo. Corbyn, que no tiene simpatía alguna por la UE, siempre ha esquivado las preguntas directas sobre estos temas, a parte de por sus ideas, porque sabe que el laborismo está igual de dividido, o más, que su principal rival político, con el Brexit.

Por eso, esta nueva postura ha sorprendido, aunque la defensa de Corbyn de esta enmienda no ha gustado a todos por igual dentro de su partido.

El líder laborista asegura que su propuesta «permitirá votar a los diputados sobre varias opciones para acabar con el punto muerto del Brexit y evitar el caos de un no acuerdo». Pero lo que le critican las asociaciones más proeuropeas y la facción más prorreferéndum de su partido es la segunda parte del discurso . «Ha llegado el momento de que nuestra alternativa pueda ser votada, manteniendo todas las opciones sobre la mesa, incluida la de un voto popular», señalaba un Corbyn, que abre así el abanico de posibilidades sin decantarse específicamente por esta última.

Por eso, los partidarios del nuevo plebiscito la consideran demasiado vaga. Uno de los principales críticos de la gestión de Corbyn, el diputado Chuka Ummuna, considera « insuficiente esta postura » y asegura que «no es una posición creible o sostenible». Ummuna fue uno de los 71 parlamentarios laboristas que pidieron a su líder que apostase definitivamente por un segundo plebiscito hace una semana.

La otra enmienda que podría poner en apuros al Gobierno, es la presentada por la laborista Yvette Cooper, que tiene el apoyo de la mayoría de partidos de la oposición, y que daría el poder al Parlamento para extender el artículo 50 del Tratado de Lisboa , si para el 26 de febrero May no ha logrado que se apruebe ningún tratado. Lo que descartaría la opción, que maneja el Ejecutivo, de una posible salida sin acuerdo de la UE.

Todo a la espera del nuevo desafío que el «tory» proeuropeo Dominic Grieve ponga sobre la mesa en contra de su jefa. Esta previsto que el exfiscal general del Estado presente una enmienda que exigiría al Gobierno tener en cuenta diversas propuestas que elaboren los diputados y con la que pretende dotar de más control a la Cámara de los Comunes en todo este proceso.

Con todo esto, May también trata de sofocar una posible ola de dimisiones en su gabinete si no descarta por completo la opción de salir abruptamente del club comunitario . Según apunta la prensa británica incluso uno de sus principales apoyos dentro del Gobierno, la ministra de Trabajo Amber Rudd le habría solicitado libertad de voto en este asunto.

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