DirecTV cesa sus operaciones en Venezuela presionada por las sanciones internacionales

La cacerolada de los barrios populares fue la chispa que encendió la protesta masiva nocturna en Caracas

Unos niños juegan cerca de una antena de Directv en un barrio popular de Caracas REUTERS

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A las 8 de la noche comenzaron a sonar las cacerolas desde el barrio populoso de Petare, al este de Caracas, y se extendieron como truenos al otro extremo de la ciudad en Catia, el Valle y Caricuao para protestar de forma masiva y contundente contra Nicolás Maduro por la falta de agua, luz, gasolina, gas, comida y medicina. Anoche su ruido ensordecedor no dejó dormir a nadie y mucho menos a los miembros del régimen que escucharon el «clac, clac» metálico en la cabecera de sus residencias oficiales por la avalancha de los bastiones chavistas que gritaban «fuera Maduro» mientras subían el volumen de las cacerolas.

El detonante de la cacerolada masiva y contundente que los caraqueños sin distinción de clases le echaron en cara al régimen fue el cierre de la cadena de cable DirecTV , que cubre nada menos que al 45% de los usuarios de televisión y el principal entretenimiento en plena cuarentena por el coronavirus.

La suspensión sorpresiva del canal de cables dejó a más de 10 millones de venezolanos sin poder ver sus programas y películas preferidas porque los canales nacionales ya no representan una alternativa debido a la censura y la propaganda a favor del régimen. «Debido a que es imposible que la unidad de DirecTV de AT&T cumpla con los requisitos legales de ambos países, AT&T se vio obligada a cerrar sus operaciones de TV paga en Venezuela», dijo la empresa en un comunicado. La decisión tiene «efecto inmediato», precisó.

La sanción de suspender sus operaciones afecta no solo a la mayoría de los venezolanos, sino también a la cadena Globovisión y Petróleos de Venezuela , que utiliza la plataforma de DirecTV para transmitir su programación. Es realmente un apagón informativo y comunicacional contra el régimen de Maduro que dispone de 25 medios que ahora quedan incomunicados. Para restarle importancia al corte de la televisión por cable, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, dijo que «ahora la gente podrá leer más». Los venezolanos tienen el más bajo índice de lectura de la región y no tienen recursos para comprar libros que son muy caros. Mientras tanto, el diputado chavista, Pedro Carreño, dijo en modo despectivo: «agarren ahí sus sanciones, escuálidos idiotizados».

«Ya estamos obstinados, tengo la olla abollada de tanto tocar», decía una caraqueña de la parroquia San Juan mientras su sobrina hacía una panorámica con su móvil para mostrar el estruendoso ruido multiplicador que se producía en los balcones de la céntrica avenida de San Martín. En medio de la oscuridad, otro vecino de los bloques de El Silencio, a media cuadra del palacio de Miraflores, se esmeraba entusiasta en tocar su sartén desde su ventana . A lo lejos se escuchaban ráfagas de detonaciones, supuestamente de la policías FAES (Fuerzas de Acción Especiales), tratando de intimidar con tiros a las cacerolas.

Las redes sociales fueron el mejor espacio del protagonismo de los sartenes al punto de configurar la tendencia #QueseArmeelPeoYa. El este y el oeste del valle de Caracas se unió en la protesta bajo cuarentena.

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