Dimite el ministro de Sanidad de Chile por su mala gestión de la pandemia
El cambio en el gabinete, el segundo en nueve días, se produjo justo cuando el país llega a más seis mil 500 contagios en 24 horas y el fallecimiento de 231 personas
Tras una errática y fallida estrategia para hacer frente a la pandemia sanitaria producida por el coronavirus, este sábado dimitió de su cargo el ministro de Salud de Chile, Jaime Mañalich. En su reemplazo, el presidente, Sebastián Piñera, nombró al exdirigente del Colegio Médico y pediatra, Enrique Paris. El cambio en el gabinete, el segundo en nueve días, se produjo justo cuando Chile llegó a más 6.500 contagios en 24 horas y el fallecimiento de 231 personas, las cifras más altas desde que se registró el primer caso el 3 de marzo pasado.
Mañalich apostó a la llamada «inmunidad de rebaño» y se resistió a poner en cuarentena a ciudades y zonas que mostraban altos niveles de contagio; recién hace quince días hizo un giro en su estrategia al priorizar por hacer seguimiento a la trazabilidad de los casos y poner en aislamiento a los infectados y sus contactos cercanos.
Pero la mayor andanada de críticas a su trabajo estuvo centrada en las fallas de conteo, tanto de la expansión de la pandemia como en el registro de fallecidos. Este viernes se confirmó que el Ministerio de Salud informó a la OMS más de cinco mil fallecimientos , una cifra muy por encima de los 3.101 que han consignados los informes oficiales. Ello ha sido resultado del cambio de metodología para el registro de casos en tres ocasiones en estos últimos cuatro meses.
De personalidad fuerte y frontal, Mañalich se mostró partidario a fines de abril del regreso de los estudiantes a escuelas y universidades, cuando anunció que la «curva de contagios» comenzaba a «aplanarse» . Aunque la medida no se concretó, el dimitido ministro delineó una «nueva normalidad» y el «regreso seguro» a las actividades económicas, política que tampoco se materializó, pero que dañó profundamente su credibilidad.
El Colegio Médico y los equipos técnicos esperan ahora una nueva estrategia para hacer frente a la ascendente curva de contagios y muertes por la pandemia, cuando Chile casi alcanza los 170 mil infectados y casi la mitad de su población se encuentra confinada en una cuarentena obligatoria.
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