Las diferencias entre el acuerdo para el Brexit de Boris Johnson y el de Theresa May
La fórmula para resolver el problema de la frontera irlandesa es el gran cambio entre los dos documentos
La frontera irlandesa , el nudo gordiando de la negociación del Brexit entre Londres y Bruselas, es el principal cambio entre el acuerdo al que llegó Theresa May con las autoridades de la UE y el que ha obtenido ahora Boris Johnson .
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El plan de Johnson
Fórmula permanente para la frontera
El «Protocolo Irlandés» ya no es un elemento de salvaguarda, pensado para ser usado solo como red de seguridad en caso de que no haya un acuerdo futuro sobre las relaciones económicas, sino que será permanente, mientras la Asamblea regional de Irlanda del Norte lo decida. Cada cuatro años se votará y, si obtiene mayoría simple, se prorrogará por otros cuatro años. En caso de que sea una mayoría ampliada, con votos de las dos comunidades (católica y protestante), será por ocho años. Si no se renovase, habría un periodo de dos años para negociar la nueva fórmula que lo sustituiría.
Aduanas en Irlanda del Norte
Habrá un control de aduanas, que seguirá los protocolos europeos, en los puertos de entrada a Irlanda del Norte, para controlar las mercancías declaradas como destinadas a la vecina Irlanda, incluso si vienen de otras partes del Reino Unido. La lista de los productos que seran sometidos a este control ioncluye prácticamente todo.
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El plan de May
El Tratado de Retirada
El resultado de la negociación ha mantenido intacta la base del Tratado de Retirada, que incluye los derechos de los ciudadanos europeos que seguirán viviendo en el Reino Unido y los de los británicos que quieran seguir en la UE. Pero sobre todo incluye los 35.000 millones de euros que el país deberá seguir abonando a la Comisión Europea en concepto de pagos por sus compromisos adquiridos cuando eran miembros de la UE y que es un concepto que no aceptan los partidarios del Brexit más duro.
El «backstop»
Theresa May negoció con Bruselas un mecanismo de salvaguarda para Irlanda pensado como recurso excepcional y dijo que la posibilidad de controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido «no lo podría aceptar ningún primer ministro británico».